mtino1.Degradación de la democracia. La transición legó una democracia defectuosa, sin verdadera división de poderes, con una ley electoral cuestionable, partidos de tradición antidemocrática y actitudes erróneas hacia el terrorismo y hacia el propio origen de nuestras libertades. Tales defectos pudieron corregirse, y algunos lo fueron en el período de Aznar, pero posteriormente han conducido a una generalizada involución política.2.En relación con este problema está un sistema económico con un peso excesivo del estado, que permite a los políticos, sobre todo a los más mesiánicos de izquierda y separatistas, utilizarlo para imponer sus ideologías, tradicionalmente horras, en España, de cualquier pensamiento serio.3.Degradación de la unidad nacional, debido al poder adquirido por partidos desleales a la nación y a la democracia. Ese poder nació por una parte del terrorismo (se creyó a esos partidos, erróneamente, barreras frente a la violencia, cuando han procurado rentabilizarla políticamente), por otra de la complicidad de una izquierda de tradición antiespañola y de la pasividad de la derecha.4.Degradación de la salud social: no estamos a la cola de Europa en casi todo, como dicen muchos. En drogas, alcoholismo, fracaso familiar, matrimonial y escolar, abortos, población penal, violencia doméstica y otros índices de salud social, España goza de un puesto relevante, en algún caso entre los primeros del continente. Esos logros proceden de actitudes impulsadas por unos políticos, intelectuales y periodistas entre quienes es alto, a su vez, el índice de corrupción (intelectual, económica y sexual).5.El problema islámico y Gibraltar. España tiene hoy, en el exterior, un solo frente político susceptible de tornarse militar: el del Estrecho, cuyos puntos clave son Ceuta, Melilla y Gibraltar. Problema ligado al del islamismo radical y la inestabilidad del Magreb. En esa zona, neurálgica para nosotros, padecemos la colonia-colonizadora de Gibraltar, perfecto revelado del papel de aliado-lacayo que nos reservan la UE y la OTAN. Nuestra posición política, moral y militar al respecto no ha cesado de deteriorarse en los últimos años.6.Nuestra posición en Europa: el ingreso de España en la CEE, probablemente tan innecesario como el ingreso en el euro, ha traído fuertes pérdidas de soberanía, merma en las tasas de crecimiento y mayor dependencia económica, sin que nos haya evitado crisis más fuertes que antes. Habría que valorar tales hechos.Los problemas mal resueltos tienden a empeorar. Las sociedades progresan, se estancan o naufragan según respondan a los retos que les plantea la evolución histórica. De nosotros depende el resultado, sin que debamos esperar ni desear salvamentos exteriores.A todos estos habría que añadir un desafío casi nunca mencionado y que acaban de poner de relieve Alejando Macarrón (El suicidio demográfico de España, Homo Legens, Madrid, 2011) y Francisco José Contreras: el envejecimiento de nuestra sociedad, con los desequilibrios y malas consecuencias que ello entraña. Generalmente se centra la cuestión en el plano económico, que es importante pero no el único. Desde ese punto de vista implica un esfuerzo creciente por mantener a una masa creciente de población no productiva y que, por razones biológicas, ocasiona gastos especialmente elevados. Si la población va aumentando o se mantiene estable, el esfuerzo resulta llevadero, pero si, como viene ocurriendo, los fallecimientos superan a los nacimientos, la carga tiende a hacerse insoportable a plazo medio. Si no ha provocado ya una quiebra del llamado estado de bienestar, se debe a la inmigración masiva registrada en años recientes. Pero no debe olvidarse que esa inmigración plantea a su vez nuevos problemas, ya que una gran parte de ella no se integra, y menos en una sociedad como la nuestra, que ha perdido hasta tal punto la conciencia de la escala de valores. El interés de la mayoría de los inmigrantes es por lo común meramente económico, sin compartir ideales de cohesión social como el patriotismo, la adhesión a las libertades o a una identidad histórico-cultural, ideales a su vez en fuerte declive entre los propios españoles desde hace bastantes años
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lulufer
Fue el proceso paulatino de agotamiento y desgaste sufrido por la monarquia hispanica a lo largo del siglo XVII