Ni devorada por un león, ni asesinada por un congénere, ni arrastrada por una riada. Lucy, el homínido más famoso de la historia de la evolución humana, una hembra de 'Australopithecus afarensis' que vivió hace 3,18 millones de años en la actual Etiopía, tuvo una muerte tan poco épica como es la caída desde una altura de unos 12 metros, previsiblemente desde un árbol
Esto es al menos lo que sostiene un estudio elaborado por el profesor John Kappelman, paleoantropólogo de la Universidad de Tejas en Austin (EEUU), que se ha basado en el análisis en 3D del húmero derecho y otros huesos del espécimen conservado actualmente en el Museo Nacional de Addis Ababa. El húmero presenta unas extrañas fracturas que serían el resultado de haber extendido el brazo para frenar la caída. No obstante, como explican los autores del estudio en un comunicado, ello no evitó que sufriera una muerte rápida. El impacto se produjo a 56 kilómetros por hora.
Los investigadores descartan que la caída se produjera desde un acantilado, entre otras posibilidades, porque los paleogeólogos que han reconstruido el terreno consideran que donde falleció Lucy era una zona boscosa en una llanura cercana a un arroyo, sin estructuras de relieve.
Los detalles de la investigación se ha publicado la revista 'Nature'.
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Ni devorada por un león, ni asesinada por un congénere, ni arrastrada por una riada. Lucy, el homínido más famoso de la historia de la evolución humana, una hembra de 'Australopithecus afarensis' que vivió hace 3,18 millones de años en la actual Etiopía, tuvo una muerte tan poco épica como es la caída desde una altura de unos 12 metros, previsiblemente desde un árbol
Esto es al menos lo que sostiene un estudio elaborado por el profesor John Kappelman, paleoantropólogo de la Universidad de Tejas en Austin (EEUU), que se ha basado en el análisis en 3D del húmero derecho y otros huesos del espécimen conservado actualmente en el Museo Nacional de Addis Ababa. El húmero presenta unas extrañas fracturas que serían el resultado de haber extendido el brazo para frenar la caída. No obstante, como explican los autores del estudio en un comunicado, ello no evitó que sufriera una muerte rápida. El impacto se produjo a 56 kilómetros por hora.
Los investigadores descartan que la caída se produjera desde un acantilado, entre otras posibilidades, porque los paleogeólogos que han reconstruido el terreno consideran que donde falleció Lucy era una zona boscosa en una llanura cercana a un arroyo, sin estructuras de relieve.
Los detalles de la investigación se ha publicado la revista 'Nature'.