Las formas más beneficiadas aún seguían siendo las dinastías reales, extendidas a lo largo de todo el continente europeo (tanto occidental como oriental). Por consiguiente, pese al incipiente ascenso socio-económico, propio de las nuevas clases burguesas, las familias reales aún tenían el control político y económico mayoritario durante el siglo XVII.
Las formas más beneficiadas aún seguían siendo las dinastías reales, extendidas a lo largo de todo el continente europeo (tanto occidental como oriental). Por consiguiente, pese al incipiente ascenso socio-económico, propio de las nuevas clases burguesas, las familias reales aún tenían el control político y económico mayoritario durante el siglo XVII.