Los asirios (a menudo conocidos como cristianos siríacos, Suroye/Suryoye, o caldeos) son los aborígenes de Mesopotamia, una zona que se extiende entre los ríos Tigris y Éufrates, también conocida como Creciente Fértil o Beth Nahrain.Fundada a orillas del río Tigris, Aššur era inicialmente una de las tantas ciudades acadias en la región. La tradición fecha su fundación en el siglo xxv a. C., aunque la mayor parte de su pasado está envuelto en misterio. Desde finales del siglo xxiv a. C., los asirios se convirtieron en súbditos de Sargón de Acad, quien unió a los pueblos semitas, acadios y sumerios bajo el Imperio acadio (c. 2334-2154 a. C.).[1] A partir de esa región se formó, en el II milenio a. C., el llamado Imperio Antiguo. También fue conocido como Subartu y, tras su declive, como Athura, Syria (en griego antiguo), Assyria (en latín) y Asuristán. En su momento de máxima expansión —en el siglo vii a. C., durante el Imperio neoasirio (c. 911-609 a. C.)—, Asiria controlaba un territorio que hoy comprendería, parcial o totalmente, los países de Irak, Siria, Israel, Jordania, Líbano, Turquía, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Chipre, Armenia, Azerbaiyán y Georgia.
Respuesta:
Los asirios (a menudo conocidos como cristianos siríacos, Suroye/Suryoye, o caldeos) son los aborígenes de Mesopotamia, una zona que se extiende entre los ríos Tigris y Éufrates, también conocida como Creciente Fértil o Beth Nahrain.Fundada a orillas del río Tigris, Aššur era inicialmente una de las tantas ciudades acadias en la región. La tradición fecha su fundación en el siglo xxv a. C., aunque la mayor parte de su pasado está envuelto en misterio. Desde finales del siglo xxiv a. C., los asirios se convirtieron en súbditos de Sargón de Acad, quien unió a los pueblos semitas, acadios y sumerios bajo el Imperio acadio (c. 2334-2154 a. C.).[1] A partir de esa región se formó, en el II milenio a. C., el llamado Imperio Antiguo. También fue conocido como Subartu y, tras su declive, como Athura, Syria (en griego antiguo), Assyria (en latín) y Asuristán. En su momento de máxima expansión —en el siglo vii a. C., durante el Imperio neoasirio (c. 911-609 a. C.)—, Asiria controlaba un territorio que hoy comprendería, parcial o totalmente, los países de Irak, Siria, Israel, Jordania, Líbano, Turquía, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Chipre, Armenia, Azerbaiyán y Georgia.