Quienes ayudan en su mision al obispo atender al gran rebaño PORFAAA ES URGENTE!!
JM24
188. Los Obispos, como pastores y guías espirituales de las comunidades a nosotros encomendadas, estamos llamados a “hacer de la Iglesia una casa y escuela de comunión”. Como animadores de la comunión tenemos la misión de acoger, discernir y animar carismas, ministerios y servicios en la Iglesia. Como padres y centro de unidad, nos esforzamos por presentar al mundo un rostro de la Iglesia en la cual todos se sientan acogidos como en su propia casa. Para todo el Pueblo de Dios, en especial para los presbíteros, buscamos ser padres, amigos y hermanos, siempre abiertos al diálogo.
187. El Señor nos llama a promover por todos los medios, la caridad y la santidad de los fieles. Nos empeñamos para que el pueblo de Dios crezca en la gracia mediante los sacramentos […]. Estamos llamados a ser maestros de la fe y, por tanto, a anunciar la Buena Nueva que es fuente de esperanza para todos, a velar y promover con solicitud y coraje la fe católica. […] tenemos el deber de cultivar de manera especial los vínculos que nos unen a nuestros presbíteros y diáconos. Servimos a Cristo y a la Iglesia mediante el discernimiento de la voluntad del Padre, para reflejar al Señor en su modo de pensar, de sentir, de hablar y de comportarse en medio de los hombres. En síntesis, los obispos hemos de ser testigos cercanos y gozosos de Jesucristo, Buen Pastor (cf. Jn 10, 1-18).
189. Para crecer en estas actitudes, los obispos hemos de procurar la unión constante con el Señor, cultivar la espiritualidad de la comunión con todos los que creen en Cristo y promover los vínculos de colegialidad que los unen al Colegio Episcopal, particularmente con su cabeza, el Obispo de Roma. No podemos olvidar que el obispo es principio y constructor de la unidad de su Iglesia particular y santificador de su pueblo, testigo de esperanza y padre de los fieles, especialmente de los pobres, y que su principal tarea es ser maestros de la fe, anunciador de la Palabra de Dios y la administración de los sacramentos, como servidores de la grey.
187. El Señor nos llama a promover por todos los medios, la caridad y la santidad de los fieles. Nos empeñamos para que el pueblo de Dios crezca en la gracia mediante los sacramentos […]. Estamos llamados a ser maestros de la fe y, por tanto, a anunciar la Buena Nueva que es fuente de esperanza para todos, a velar y promover con solicitud y coraje la fe católica. […] tenemos el deber de cultivar de manera especial los vínculos que nos unen a nuestros presbíteros y diáconos. Servimos a Cristo y a la Iglesia mediante el discernimiento de la voluntad del Padre, para reflejar al Señor en su modo de pensar, de sentir, de hablar y de comportarse en medio de los hombres. En síntesis, los obispos hemos de ser testigos cercanos y gozosos de Jesucristo, Buen Pastor (cf. Jn 10, 1-18).
189. Para crecer en estas actitudes, los obispos hemos de procurar la unión constante con el Señor, cultivar la espiritualidad de la comunión con todos los que creen en Cristo y promover los vínculos de colegialidad que los unen al Colegio Episcopal, particularmente con su cabeza, el Obispo de Roma. No podemos olvidar que el obispo es principio y constructor de la unidad de su Iglesia particular y santificador de su pueblo, testigo de esperanza y padre de los fieles, especialmente de los pobres, y que su principal tarea es ser maestros de la fe, anunciador de la Palabra de Dios y la administración de los sacramentos, como servidores de la grey.
http://es.catholic.net/op/articulos/23452/cat/789/quienes-estan-llamados-a-la-gran-mision-continenta...