Cartoon Cat es una de las tantas criaturas creada por Trevor Henderson. Su diseño esta basado en caricaturas antiguas como el Gato Félix, su cuerpo el maleable, debido a su fisiología como caricatura.
Acabo de salir, siento cómo mi corazón se contrae por lo que acaba de pasar. No entenderán esto, lo que vi no puede ser entendido; algo horroroso, ¿cómo explicas una caricatura pasando de la comedia a torturar a un ser como si fuera chiste?. Trataré de ser lo más descriptivo posible: Estaba con mi compañero, el investigador Lucas Stane. Investigábamos una oleada de asesinatos crueles e inhumanos. Como si de una caricatura se tratase, los cuerpos tenían el aspecto de una vieja animación. Nuestra información nos había guiado hacia una vieja fábrica de cobre. Mi compañero estaba preocupado, pero se notaba la determinación en sus ojos. Ambos entramos con cautela. Era un reconocimiento, no una captura, ni una amenaza. Llevábamos unas cuantas balas yo tenía un revólver y una pequeña cámara; no había traído el celular a ese trabajo, porque no me sentía cómodo; mientras él, a pesar de ser joven, llevaba una QBZ-95. Acaricié mi arma, me relajó un poco. Caminamos por los pasillos.
Olía como a aceite desgastado, un cobre ya muy... ¿oxidado? No me acuerdo de la palabra. Lucas tenía la mano en el bolsillo, listo para sacar el arma, extraño esa emoción juvenil. Mirábamos a nuestro alrededor, parecía estar listo para derrumbarse, se veía en el material, ladrillos que soltaban polvo, vigas y tablones de madera cubiertos por hongos, y un charco de tinta mezclado con un líquido algo rojo.
Cruzamos miradas, él tenía una de preocupación y curiosidad, pude notar cierta decepción y emoción en sus piernas, parecía que querían irse pero que a la vez deseaban caminar por todo el lugar por algo interesante. Continuamos con tranquilidad. No parecía que se pudiera acceder a un segundo piso, pero no íbamos a ir más allá, hasta que escuchamos como una patada. Entonces Lucas sacó suavemente su arma mientras nos íbamos acercando.
Lo que vimos parecía haber salido de una pesadilla, o de un dibujante que había hecho un mal trabajo con el Gato Félix, pero que aun así, se esforzó en dibujarle una sonrisa asquerosa y caricaturesca. Estaba cubierto por una leve luz, era de una estatura anormalmente alta, su cabeza no quedaba con su cuerpo, llevaba en su mano un pedazo de tinta hirviendo; al frente suyo había una mujer, no podía hablar, pero su vestimenta era en blanco y negro, tenía la cara y los brazos como dibujados con unos característicos guantes rotos y quedamos; sus ojos parecían reventados de tanto llorar o de tanta tinta que se le colocó, como si le hubiera tratado de pintar las cuencas.
A su alrededor estaba un perro muy largo, ¿o... era un perro normal? al que se le trató de estirar, al punto en que se estaba partiendo a la mitad, pero se le cubrió con papel de dibujo antiguo, de un color similar al de su pelo; desbordaba un líquido por el suelo, que en la oscuridad no se sabía si era sangre o tinta. Parecía como si se tratara de una escena en la que el perro se había tragado algo y ella tenía que sacárselo.
Lucas me miró, estaba a punto de vomitar, sus ojos reflejaban terror, un terror indescriptible. Miró a la chica, que, por cierto, no se movía. No sé si estaba muerta o inconsciente, pero, el "Gato" se fue, al ver que ella no mostraba ningún movimiento, ¿tal vez a buscar alguna "linterna mágica" para hacer que se mueva? Pero se fue con esa espeluznante sonrisa en el rostro.
Mi compañero y yo nos acercamos a la chica. Me quedé mirando por si esa cosa regresaba. Mientras Lucas registraba si estaba con vida, yo me acerqué al perro. De no ser porque mi padre era un fanático de la animación, no habría podido saber qué era lo que le habían hecho a este pobre animal.
El pobre hombre tomó a la mujer en sus brazos y me dijo que la llevásemos al hospital. Yo saqué mi cámara y le saqué una fotografía al inocente canino, en esa posición de sufrimiento. Ahí le respondí que teníamos las pruebas suficientes para traer refuerzos. Me acerqué a él y, una vez juntos, comenzamos a caminar.
yo no , gracias por los puntoss
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Cartoon Cat es una de las tantas criaturas creada por Trevor Henderson. Su diseño esta basado en caricaturas antiguas como el Gato Félix, su cuerpo el maleable, debido a su fisiología como caricatura.
Acabo de salir, siento cómo mi corazón se contrae por lo que acaba de pasar. No entenderán esto, lo que vi no puede ser entendido; algo horroroso, ¿cómo explicas una caricatura pasando de la comedia a torturar a un ser como si fuera chiste?. Trataré de ser lo más descriptivo posible: Estaba con mi compañero, el investigador Lucas Stane. Investigábamos una oleada de asesinatos crueles e inhumanos. Como si de una caricatura se tratase, los cuerpos tenían el aspecto de una vieja animación. Nuestra información nos había guiado hacia una vieja fábrica de cobre. Mi compañero estaba preocupado, pero se notaba la determinación en sus ojos. Ambos entramos con cautela. Era un reconocimiento, no una captura, ni una amenaza. Llevábamos unas cuantas balas yo tenía un revólver y una pequeña cámara; no había traído el celular a ese trabajo, porque no me sentía cómodo; mientras él, a pesar de ser joven, llevaba una QBZ-95. Acaricié mi arma, me relajó un poco. Caminamos por los pasillos.
Olía como a aceite desgastado, un cobre ya muy... ¿oxidado? No me acuerdo de la palabra. Lucas tenía la mano en el bolsillo, listo para sacar el arma, extraño esa emoción juvenil. Mirábamos a nuestro alrededor, parecía estar listo para derrumbarse, se veía en el material, ladrillos que soltaban polvo, vigas y tablones de madera cubiertos por hongos, y un charco de tinta mezclado con un líquido algo rojo.
Cruzamos miradas, él tenía una de preocupación y curiosidad, pude notar cierta decepción y emoción en sus piernas, parecía que querían irse pero que a la vez deseaban caminar por todo el lugar por algo interesante. Continuamos con tranquilidad. No parecía que se pudiera acceder a un segundo piso, pero no íbamos a ir más allá, hasta que escuchamos como una patada. Entonces Lucas sacó suavemente su arma mientras nos íbamos acercando.
Lo que vimos parecía haber salido de una pesadilla, o de un dibujante que había hecho un mal trabajo con el Gato Félix, pero que aun así, se esforzó en dibujarle una sonrisa asquerosa y caricaturesca. Estaba cubierto por una leve luz, era de una estatura anormalmente alta, su cabeza no quedaba con su cuerpo, llevaba en su mano un pedazo de tinta hirviendo; al frente suyo había una mujer, no podía hablar, pero su vestimenta era en blanco y negro, tenía la cara y los brazos como dibujados con unos característicos guantes rotos y quedamos; sus ojos parecían reventados de tanto llorar o de tanta tinta que se le colocó, como si le hubiera tratado de pintar las cuencas.
A su alrededor estaba un perro muy largo, ¿o... era un perro normal? al que se le trató de estirar, al punto en que se estaba partiendo a la mitad, pero se le cubrió con papel de dibujo antiguo, de un color similar al de su pelo; desbordaba un líquido por el suelo, que en la oscuridad no se sabía si era sangre o tinta. Parecía como si se tratara de una escena en la que el perro se había tragado algo y ella tenía que sacárselo.
Lucas me miró, estaba a punto de vomitar, sus ojos reflejaban terror, un terror indescriptible. Miró a la chica, que, por cierto, no se movía. No sé si estaba muerta o inconsciente, pero, el "Gato" se fue, al ver que ella no mostraba ningún movimiento, ¿tal vez a buscar alguna "linterna mágica" para hacer que se mueva? Pero se fue con esa espeluznante sonrisa en el rostro.
Mi compañero y yo nos acercamos a la chica. Me quedé mirando por si esa cosa regresaba. Mientras Lucas registraba si estaba con vida, yo me acerqué al perro. De no ser porque mi padre era un fanático de la animación, no habría podido saber qué era lo que le habían hecho a este pobre animal.
El pobre hombre tomó a la mujer en sus brazos y me dijo que la llevásemos al hospital. Yo saqué mi cámara y le saqué una fotografía al inocente canino, en esa posición de sufrimiento. Ahí le respondí que teníamos las pruebas suficientes para traer refuerzos. Me acerqué a él y, una vez juntos, comenzamos a caminar.
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