Según explica en El gran libro de los insultos el reputado lingüista Pancracio Celdrán, "en las hablas marginales de España de finales del XVIII, en que los gitanismos cobraron fuerza, se decía jilé ('pringado') a quien iba de primo por la vida".
Explicación:
Esta conjetura nace, sin duda, de la estricta moral religiosa que imperaba en la época de este erudito, el siglo XVII. Hoy, los expertos de la lengua coinciden en afirmar que dicho término hunde sus raíces en la forma femenina del latino putus, 'niño'.
Respuesta:
Según explica en El gran libro de los insultos el reputado lingüista Pancracio Celdrán, "en las hablas marginales de España de finales del XVIII, en que los gitanismos cobraron fuerza, se decía jilé ('pringado') a quien iba de primo por la vida".
Explicación:
Esta conjetura nace, sin duda, de la estricta moral religiosa que imperaba en la época de este erudito, el siglo XVII. Hoy, los expertos de la lengua coinciden en afirmar que dicho término hunde sus raíces en la forma femenina del latino putus, 'niño'.