Hace muchos años no oigo aquella expresión de "más perdido que el hijo de Límber". Dicha expresión hacía referencia al secuestro y posterior desaparición del hijo de Charles A. Lindberg, el famoso aviador quien fuera el primero en la historia en cruzar el Atlántico en su legendario Spirit of St. Louis en mayo del año 27 del siglo pasado. Lo que pocos saben es que este personaje dejó escrito en la National Geographic Magazine el relato de uno de sus viajes bajo el título "To Bogota and Back by Air". Bogotá, como lo dice Giraldo Jaramillo, era considerada una de las ciudades más inaccesibles del continente.
Cien años antes de la hazaña de Lindberg, en el año 27 del siglo antepasado, fue publicado en inglés el libro de Colonel J.P. Hamilton Viajes por el interior de las provincias de Colombia. Según Giraldo, uno de los más valiosos testimonios sobre la vida colombiana en las décadas iniciales de la República, debido al primer ministro británico en Colombia. Esta obra tuvo que esperar más de 120 años para que fuera traducida a nuestra lengua.
A mediados del siglo XIX vino a Colombia Isaac F. Holton, un notable científico y naturalista que dejó sus impresiones sobre los más diversos temas en su libro New Granada. Twenty Months in the Andes. Visitó la Costa Atlántica, ascendió por el Magdalena, estuvo en Bogotá y sus inmediaciones y fue también al Quindío y al Valle del Cauca. También vino a Colombia a finales del XIX un eminente científico alemán, Alfred Hettner, que dejó sus observaciones en varios libros como Die Kordillera von Bogota, Die Sierra Nevada von Santa Marta y otros más.
En cuanto a los colombianos en el extranjero, cabe destacar a Nicolás Tanco Armero, primer colombiano que viajó al lejano oriente y cuyos libros piden a gritos ser reeditados pues las ediciones originales no se consiguen ni en El Carnero. Sus dos libros son Viaje de Nueva Granada a China y de China a Francia, de 1861, y Recuerdos de mis últimos viajes. Japón, de 1888.
Giraldo Jaramillo resalta a Santiago Pérez Triana, de cuyo libro De Bogotá al Atlántico dice que es "uno de los más amenos y apasionantes relatos de viajes escritos en Colombia, en que el ilustre escritor e internacionalista cuenta con su peculiar estilo el viaje de Bogotá al Caribe por Venezuela".
Un último capítulo sería el de aquellos colombianos que viajaron por su país cuando se podía y los irlandeses no venían a asesorar asesinos y dejaron sus impresiones y recuerdos a pie o a caballo por toda nuestra geografía. Antes de que Colombia quedara más perdida que el hijo de Límber. Espero referirme a ellos en otra oportunidad.
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Hace muchos años no oigo aquella expresión de "más perdido que el hijo de Límber". Dicha expresión hacía referencia al secuestro y posterior desaparición del hijo de Charles A. Lindberg, el famoso aviador quien fuera el primero en la historia en cruzar el Atlántico en su legendario Spirit of St. Louis en mayo del año 27 del siglo pasado. Lo que pocos saben es que este personaje dejó escrito en la National Geographic Magazine el relato de uno de sus viajes bajo el título "To Bogota and Back by Air". Bogotá, como lo dice Giraldo Jaramillo, era considerada una de las ciudades más inaccesibles del continente.
Cien años antes de la hazaña de Lindberg, en el año 27 del siglo antepasado, fue publicado en inglés el libro de Colonel J.P. Hamilton Viajes por el interior de las provincias de Colombia. Según Giraldo, uno de los más valiosos testimonios sobre la vida colombiana en las décadas iniciales de la República, debido al primer ministro británico en Colombia. Esta obra tuvo que esperar más de 120 años para que fuera traducida a nuestra lengua.
A mediados del siglo XIX vino a Colombia Isaac F. Holton, un notable científico y naturalista que dejó sus impresiones sobre los más diversos temas en su libro New Granada. Twenty Months in the Andes. Visitó la Costa Atlántica, ascendió por el Magdalena, estuvo en Bogotá y sus inmediaciones y fue también al Quindío y al Valle del Cauca. También vino a Colombia a finales del XIX un eminente científico alemán, Alfred Hettner, que dejó sus observaciones en varios libros como Die Kordillera von Bogota, Die Sierra Nevada von Santa Marta y otros más.
En cuanto a los colombianos en el extranjero, cabe destacar a Nicolás Tanco Armero, primer colombiano que viajó al lejano oriente y cuyos libros piden a gritos ser reeditados pues las ediciones originales no se consiguen ni en El Carnero. Sus dos libros son Viaje de Nueva Granada a China y de China a Francia, de 1861, y Recuerdos de mis últimos viajes. Japón, de 1888.
Giraldo Jaramillo resalta a Santiago Pérez Triana, de cuyo libro De Bogotá al Atlántico dice que es "uno de los más amenos y apasionantes relatos de viajes escritos en Colombia, en que el ilustre escritor e internacionalista cuenta con su peculiar estilo el viaje de Bogotá al Caribe por Venezuela".
Un último capítulo sería el de aquellos colombianos que viajaron por su país cuando se podía y los irlandeses no venían a asesorar asesinos y dejaron sus impresiones y recuerdos a pie o a caballo por toda nuestra geografía. Antes de que Colombia quedara más perdida que el hijo de Límber. Espero referirme a ellos en otra oportunidad.
Explicación: espero le sirva