El imán es un cuerpo o dispositivo con un magnetismo significativo, de forma que atrae a otros imanes o metales ferromagnéticos (por ejemplo, hierro, cobalto, níquel y aleaciones de estos). Puede ser natural o artificial y también los materiales pueden ser paramagnéticos, que son atraídos débilmente, como el magnesio, el platino, el aluminio,entre otros, o diamagnéticos, los que no se atraen, como el grafito de carbono, oro, plata, plomo y bismuto.
Explicación:
¿Cómo hacer tu propio imán?
Necesitas una varilla hecha de acero, hierro u otro material que pueda magnetizarse. Un clavo de acero de 7 cm o más es perfecto. Si no estás seguro de que sea de acero, usa un pequeño imán para probarlo. También necesitas entre 50 centímetros y 1 metro de cable de cobre aislado y una fuente de alimentación, como una pila tamaño D o un transformador de bajo voltaje que puedas enchufar a una toma de corriente. Si optas por un transformador, asegúrate de que tenga terminales a los que puedas conectar cables.
Para magnetizar el clavo, enrolla el cable alrededor del clavo, formando tantas bobinas como sea posible. La fuerza del campo de inducción y por lo tanto, la de tu imán, aumenta a medida que aumentas la cantidad de bobinas, así que sé generoso. Deja libres los extremos de los cables y quita 2,5 cm de aislamiento para que puedas conectarlos a la fuente de alimentación.
Conecta los cables a la fuente de alimentación. Deja la alimentación encendida durante un minuto o más y luego apágala. Para comprobar la imantación del clavo o de cualquier otro objeto que hayas utilizado, prueba con pequeñas partículas como limaduras de hierro o ralla un poco de estropajo de acero. Ahora debería estar magnetizado y atraer las limaduras, incluso cuando la alimentación esté apagada.
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Respuesta:
El imán es un cuerpo o dispositivo con un magnetismo significativo, de forma que atrae a otros imanes o metales ferromagnéticos (por ejemplo, hierro, cobalto, níquel y aleaciones de estos). Puede ser natural o artificial y también los materiales pueden ser paramagnéticos, que son atraídos débilmente, como el magnesio, el platino, el aluminio,entre otros, o diamagnéticos, los que no se atraen, como el grafito de carbono, oro, plata, plomo y bismuto.
Explicación:
¿Cómo hacer tu propio imán?
Necesitas una varilla hecha de acero, hierro u otro material que pueda magnetizarse. Un clavo de acero de 7 cm o más es perfecto. Si no estás seguro de que sea de acero, usa un pequeño imán para probarlo. También necesitas entre 50 centímetros y 1 metro de cable de cobre aislado y una fuente de alimentación, como una pila tamaño D o un transformador de bajo voltaje que puedas enchufar a una toma de corriente. Si optas por un transformador, asegúrate de que tenga terminales a los que puedas conectar cables.
Para magnetizar el clavo, enrolla el cable alrededor del clavo, formando tantas bobinas como sea posible. La fuerza del campo de inducción y por lo tanto, la de tu imán, aumenta a medida que aumentas la cantidad de bobinas, así que sé generoso. Deja libres los extremos de los cables y quita 2,5 cm de aislamiento para que puedas conectarlos a la fuente de alimentación.
Conecta los cables a la fuente de alimentación. Deja la alimentación encendida durante un minuto o más y luego apágala. Para comprobar la imantación del clavo o de cualquier otro objeto que hayas utilizado, prueba con pequeñas partículas como limaduras de hierro o ralla un poco de estropajo de acero. Ahora debería estar magnetizado y atraer las limaduras, incluso cuando la alimentación esté apagada.