Aunque la autoridad de Jesús es infinita y absoluta, siempre se ejerce en perfecto acuerdo con la voluntad del Padre. Cuando el Señor y sus discípulos volvieron a Jerusalén desde Betania y como de costumbre, Jesús andaba por el templo enseñando al pueblo y anunciando el evangelio.
Respuesta:
Aunque la autoridad de Jesús es infinita y absoluta, siempre se ejerce en perfecto acuerdo con la voluntad del Padre. Cuando el Señor y sus discípulos volvieron a Jerusalén desde Betania y como de costumbre, Jesús andaba por el templo enseñando al pueblo y anunciando el evangelio.