El fútbol 5 para ciegos comenzó a practicarse informalmente y de manera más o menos simultánea en Brasil y en España, sobre todo a partir de la década de 1930, con testimonios que lo remontan a la década de 1920, entre los estudiantes de institutos para ciegos, en los patios durante los recreos. El proceso formó parte de la generalización del futsal en ambos países, debido a que los salones y gimnasios resultaron ser espacios mucho más adecuados para evitar la desorientación.12 Otros países de práctica temprana del fútbol para ciegos fueron Colombia desde la década de 1970 y la Argentina desde la década de 1980.34
Desde un inicio se utilizaron como "pelota" objetos que hicieran ruido, como latas, recipientes llenos de guijarros, botellas de plástico con piedras en su interior o latas de betún -cómo ya se practicaba en Colombia en la década de 1970-.3 En Brasil se descubrió que una pelota de fútbol envuelta en plástico producía un ruido orientador, del mismo modo que en Argentina pegaban chapitas de gaseosa sobre la superficie de una pelota, en la década de 1980.4 A fines de la década de 1970, existen registros de que el profesor João Ferreira utilizaba en Pernambuco una pelota de cuero con cascabeles dentro, inventada por él mismo y construida por un artesano local; esa pelota sería adoptada oficialmente en la década de 1990.5
En 1978 el fútbol 5 adaptado fue incluido por primera vez en una competencia nacional, en las IV Olimpíadas Nacionales da las Apaes (Asociación de Padres y Amigos de los Excepcionales), realizadas en Natal, Brasil.1 Poco después en 1984, también en Brasil, se realizó en São Paulo el primer campeonato nacional de fútbol para ciegos con el nombre de Copa Brasil de Futebol de 5.1 Dos años después España realizó su I Campeonato de España de Fútbol Sala, categoría B1.6
Entre 1988 y 1995 se realizan algunos torneos internacionales que incluyen el "fútbol sala para ciegos", en España, Argentina y Brasil, con la participación de los primeros seleccionados de esos tres países y de Colombia. El acercamiento entre jugadores y dirigentes de esos países, llevó a la unificación de las reglas:
El futbol argentino aportó las gafas y parches oculares; el brasileño, la pelota con sonido interno; y el español, el vallado lateral.4
En 1995 se produce un hecho trascendente e histórico para este deporte, cuando la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA) creó el Subcomité de Fútbol Sala, para trabajar sobre las adecuadas Reglas de juego de este deporte, que con un gran poder de convocatoria internacional en cuatro continentes, necesitaba enmarcar esa gran demanda en marco legal reglamentario. Para este decisivo trabajo, IBSA , designó Chairman o Presidente de dicho subcomité al hispano argentino Carlos Alberto Campos, Director, Técnico de la Federación Española de Deportes para Ciegos, y con el inestimable apoyo de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) para la ocasión, se reunió durante la celebración de distintos torneos amistosos en Europa, con representantes de Portugal, Inglaterra, Italia, Francia y Grecia, con quienes acordó unas probables Reglas de Juego, en donde cada país aportó alguna reglamentación, y renunciaba a otras, en beneficio de un acuerdo internacional. Este acuerdo llegó en septiembre de 1996 en la Ciudad de Sao Paulo (Brasil), cuando Carlos Alberto Campos se reunió, con el brasileño Ramón Souza (ABDC) y, el argentino Enrique Nardone (FADEC), representantes de Brasil y Argentina, y también miembros del Subcomite de Fútbol IBSA, con quienes consolidó y definió las Reglas del Fútbol Sala de Ciegos. Un trabajo de gran trascendencia, importantísimo para el deporte, e histórico puntapié inicial del éxito en participación
Respuesta:
El fútbol 5 para ciegos comenzó a practicarse informalmente y de manera más o menos simultánea en Brasil y en España, sobre todo a partir de la década de 1930, con testimonios que lo remontan a la década de 1920, entre los estudiantes de institutos para ciegos, en los patios durante los recreos. El proceso formó parte de la generalización del futsal en ambos países, debido a que los salones y gimnasios resultaron ser espacios mucho más adecuados para evitar la desorientación.12 Otros países de práctica temprana del fútbol para ciegos fueron Colombia desde la década de 1970 y la Argentina desde la década de 1980.34
Desde un inicio se utilizaron como "pelota" objetos que hicieran ruido, como latas, recipientes llenos de guijarros, botellas de plástico con piedras en su interior o latas de betún -cómo ya se practicaba en Colombia en la década de 1970-.3 En Brasil se descubrió que una pelota de fútbol envuelta en plástico producía un ruido orientador, del mismo modo que en Argentina pegaban chapitas de gaseosa sobre la superficie de una pelota, en la década de 1980.4 A fines de la década de 1970, existen registros de que el profesor João Ferreira utilizaba en Pernambuco una pelota de cuero con cascabeles dentro, inventada por él mismo y construida por un artesano local; esa pelota sería adoptada oficialmente en la década de 1990.5
En 1978 el fútbol 5 adaptado fue incluido por primera vez en una competencia nacional, en las IV Olimpíadas Nacionales da las Apaes (Asociación de Padres y Amigos de los Excepcionales), realizadas en Natal, Brasil.1 Poco después en 1984, también en Brasil, se realizó en São Paulo el primer campeonato nacional de fútbol para ciegos con el nombre de Copa Brasil de Futebol de 5.1 Dos años después España realizó su I Campeonato de España de Fútbol Sala, categoría B1.6
Entre 1988 y 1995 se realizan algunos torneos internacionales que incluyen el "fútbol sala para ciegos", en España, Argentina y Brasil, con la participación de los primeros seleccionados de esos tres países y de Colombia. El acercamiento entre jugadores y dirigentes de esos países, llevó a la unificación de las reglas:
El futbol argentino aportó las gafas y parches oculares; el brasileño, la pelota con sonido interno; y el español, el vallado lateral.4
En 1995 se produce un hecho trascendente e histórico para este deporte, cuando la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA) creó el Subcomité de Fútbol Sala, para trabajar sobre las adecuadas Reglas de juego de este deporte, que con un gran poder de convocatoria internacional en cuatro continentes, necesitaba enmarcar esa gran demanda en marco legal reglamentario. Para este decisivo trabajo, IBSA , designó Chairman o Presidente de dicho subcomité al hispano argentino Carlos Alberto Campos, Director, Técnico de la Federación Española de Deportes para Ciegos, y con el inestimable apoyo de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) para la ocasión, se reunió durante la celebración de distintos torneos amistosos en Europa, con representantes de Portugal, Inglaterra, Italia, Francia y Grecia, con quienes acordó unas probables Reglas de Juego, en donde cada país aportó alguna reglamentación, y renunciaba a otras, en beneficio de un acuerdo internacional. Este acuerdo llegó en septiembre de 1996 en la Ciudad de Sao Paulo (Brasil), cuando Carlos Alberto Campos se reunió, con el brasileño Ramón Souza (ABDC) y, el argentino Enrique Nardone (FADEC), representantes de Brasil y Argentina, y también miembros del Subcomite de Fútbol IBSA, con quienes consolidó y definió las Reglas del Fútbol Sala de Ciegos. Un trabajo de gran trascendencia, importantísimo para el deporte, e histórico puntapié inicial del éxito en participación
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