Vivir en pareja implica tener en cuenta a otra persona en las decisiones y en el ritmo de vida que elija. Por respeto, hay que informar los posibles horarios de su rutina diaria, los lugares que se visitan y los planes que tienen.
El primer punto se refiere a la capacidad de seguir siendo funcional también cuando no tengamos cerca físicamente a nuestra pareja sentimental; de lo contrario estaríamos incurriendo en una conducta de apego emocional excesivo que resulta contraproducente para la sana convivencia en pareja.
2. Los principios no se negocian
Desde el primer momento es bueno dejar en claro que nuestros principios morales no están para ser negociados, sino respetados, y que lo mismo ocurre con los de la otra persona. La convivencia sana nace desde la aceptación de los ideales del otro, aun cuando estos no son compartidos por el marido, la esposa, el novio o la novia.
3. Amar en libertad
Las relaciones de pareja sanas no son posesivas, todo lo contrario. El deseo de que el otro sea feliz trasciende el deseo de poseerlo, lo cual implica que no actuamos para retener a esa persona, sino para que nuestra presencia le aporte felicidad, y la suya nos la aporte a nosotros.
Si eres feliz a su lado, perfecto, pero si ya no quieres estar más ahí, entonces no tiene sentido que se te obligue: esto es algo que funciona en ambos sentidos.
4. Cultivar tu propio jardín
Esta metáfora nos invita a que en lugar de esforzarnos por agradarle a nuestra pareja, nos esforcemos más por ser una persona agradable para nosotros mismos. Cuando nos dedicamos a cultivarnos y a mejorar en nuestros hábitos más fundamentales, la mejoría en las relaciones de pareja con el establecimiento de una convivencia más sana no es más que una de las consecuencias de nuestro desarrollo personal.
5. Igualdad ante todo
Una convivencia de pareja sana debe ser, ante todo, de carácter igualitario. Donde unos tienen más beneficios que otros, las cosas terminan mal. Lo ideal es que exista un sano equilibrio entre las demandas de ambos integrantes de la pareja.
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Vivir en pareja implica tener en cuenta a otra persona en las decisiones y en el ritmo de vida que elija. Por respeto, hay que informar los posibles horarios de su rutina diaria, los lugares que se visitan y los planes que tienen.
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1. Ser capaz de vivir sin la pareja
El primer punto se refiere a la capacidad de seguir siendo funcional también cuando no tengamos cerca físicamente a nuestra pareja sentimental; de lo contrario estaríamos incurriendo en una conducta de apego emocional excesivo que resulta contraproducente para la sana convivencia en pareja.
2. Los principios no se negocian
Desde el primer momento es bueno dejar en claro que nuestros principios morales no están para ser negociados, sino respetados, y que lo mismo ocurre con los de la otra persona. La convivencia sana nace desde la aceptación de los ideales del otro, aun cuando estos no son compartidos por el marido, la esposa, el novio o la novia.
3. Amar en libertad
Las relaciones de pareja sanas no son posesivas, todo lo contrario. El deseo de que el otro sea feliz trasciende el deseo de poseerlo, lo cual implica que no actuamos para retener a esa persona, sino para que nuestra presencia le aporte felicidad, y la suya nos la aporte a nosotros.
Si eres feliz a su lado, perfecto, pero si ya no quieres estar más ahí, entonces no tiene sentido que se te obligue: esto es algo que funciona en ambos sentidos.
4. Cultivar tu propio jardín
Esta metáfora nos invita a que en lugar de esforzarnos por agradarle a nuestra pareja, nos esforcemos más por ser una persona agradable para nosotros mismos. Cuando nos dedicamos a cultivarnos y a mejorar en nuestros hábitos más fundamentales, la mejoría en las relaciones de pareja con el establecimiento de una convivencia más sana no es más que una de las consecuencias de nuestro desarrollo personal.
5. Igualdad ante todo
Una convivencia de pareja sana debe ser, ante todo, de carácter igualitario. Donde unos tienen más beneficios que otros, las cosas terminan mal. Lo ideal es que exista un sano equilibrio entre las demandas de ambos integrantes de la pareja.
coronita plis