Santa Rosa de Lima se caracterizó por ser defensora de los pobres y enfermos. Pedía limosnas para atender a los desfavorecidos, visitaba a los enfermos en sus casas, los curaba, bañaba, vestía y consolaba, sin dar importancia a riesgos de contagio.
En sus últimos años de vida habilitó un espacio en su propia casa, en la que recibía a personas enfermas, ancianos y niños desamparados, que vivían en las calles.
Se piensa que estas acciones de Santa Rosa de Lima fueron los antecedentes de las labores de beneficencia en Lima.
Humildad
Entre las virtudes de Santa Rosa de Lima destacan su sencillez y modestia. Se dice que era una mujer muy hermosa. Sin embargo, no era presuntuosa o presumida, al contrario, llegó incluso a despreciar su propia belleza.
Tenía disposición de acercarse a los más desamparados, aquellos con enfermedades infecciosas aislados de la sociedad, o personas indigentes, y los atendía con mucha humildad.
Vivió una vida precaria, sin lujo alguno, y destinaba lo poco que tenía a ayudar a las personas necesitadas que veía a su alrededor. Era capaz de ceder sus propias ropas y alimentos para ofrecerlos a las personas con mayor necesidad.
Ayuno
En la tradición cristiana, el ayuno se considera una virtud en cuanto a que implica sacrificio, actuar con moderación y renunciar a los placeres. Según los preceptos cristianos, el sacrificio terrenal se traducirá en felicidad eterna luego de la muerte.
Se dice que Santa Rosa de Lima, desde niña, se abstenía de comer frutas sabrosas. A los cinco años de edad comenzó a ayunar tres veces a la semana, y comía solo pan y agua.
En su adolescencia, a los 15 años, decidió dejar de comer carne. Y cuando se veía obligada a comer otros alimentos, por causa de la preocupación de su madre o de sus médicos, Santa Rosa de Lima buscaba que estas comidas fueran amargas y muy desagradables al paladar.
Oración
Santa Rosa de Lima utilizaba la oración como un elemento que le brindaba fortaleza para soportar los sacrificios y las flagelaciones a las que ella misma se sometía.
Comenzó a orar desde muy pequeña, dedicándole muchas horas y renunciando a las actividades comunes de las personas de su edad.
Se dice que una de las peticiones más intensas en Santa Rosa de Lima era con relación a quienes consideraba que estaban en “pecado mortal”. Ella pensaba que, a través de sus sacrificios, podía lograr la redención de quienes, para ella, eran pecadores.
Trabajo
A raíz de problemas económicos generados en su familia, Santa Rosa de Lima se dedicó a trabajar vehementemente.
Llevó a cabo tareas en el huerto de su hogar, se encargó de hacer muchos arreglos de costura (que incluían hermosos bordados elaborados) y llevaba las labores domésticas de su casa.
Además de estas labores destinados a ayudar a sus padres, Santa Rosa de Lima también visitaba enfermos en centros hospitalarios, donde los atendía y consolaba.
Se dice que Santa Rosa de Lima descansaba apenas dos horas diarias, oraba durante doce horas y destinaba diez horas para sus trabajos.
Evangelizadora
A pesar de que muchas de sus acciones se desarrollaban en el aislamiento, como la oración y las penitencias, Santa Rosa de Lima también se caracterizó por ser ferviente evangelizadora de los preceptos cristianos.
Daba más importancia a la predicación que al estudio de la teología, debido a que decía que el objetivo principal y último de la doctrina cristiana era transmitir estas enseñanzas.
Entonces, Santa Rosa de Lima predicaba en las comunidades y buscaba disuadir a los que consideraba herejes o alejados de las prácticas cristianas.
Penitencia
Según la doctrina de la Iglesia católica, la penitencia se refiere al acto de contrición que hace una persona considerada pecadora. A través de la penitencia, las personas reconocen sus faltas y demuestran arrepentimiento.
Santa Rosa de Lima es conocida por sus prácticas, en ocasiones excesivas, de penitencia y mortificación físicas. Ésta es una de las facetas más polémicas de la vida de esta santa
Respuesta:
wenas
Explicación:
Principales virtudes de Santa Rosa de Lima
Caridad
Santa Rosa de Lima se caracterizó por ser defensora de los pobres y enfermos. Pedía limosnas para atender a los desfavorecidos, visitaba a los enfermos en sus casas, los curaba, bañaba, vestía y consolaba, sin dar importancia a riesgos de contagio.
En sus últimos años de vida habilitó un espacio en su propia casa, en la que recibía a personas enfermas, ancianos y niños desamparados, que vivían en las calles.
Se piensa que estas acciones de Santa Rosa de Lima fueron los antecedentes de las labores de beneficencia en Lima.
Humildad
Entre las virtudes de Santa Rosa de Lima destacan su sencillez y modestia. Se dice que era una mujer muy hermosa. Sin embargo, no era presuntuosa o presumida, al contrario, llegó incluso a despreciar su propia belleza.
Tenía disposición de acercarse a los más desamparados, aquellos con enfermedades infecciosas aislados de la sociedad, o personas indigentes, y los atendía con mucha humildad.
Vivió una vida precaria, sin lujo alguno, y destinaba lo poco que tenía a ayudar a las personas necesitadas que veía a su alrededor. Era capaz de ceder sus propias ropas y alimentos para ofrecerlos a las personas con mayor necesidad.
Ayuno
En la tradición cristiana, el ayuno se considera una virtud en cuanto a que implica sacrificio, actuar con moderación y renunciar a los placeres. Según los preceptos cristianos, el sacrificio terrenal se traducirá en felicidad eterna luego de la muerte.
Se dice que Santa Rosa de Lima, desde niña, se abstenía de comer frutas sabrosas. A los cinco años de edad comenzó a ayunar tres veces a la semana, y comía solo pan y agua.
En su adolescencia, a los 15 años, decidió dejar de comer carne. Y cuando se veía obligada a comer otros alimentos, por causa de la preocupación de su madre o de sus médicos, Santa Rosa de Lima buscaba que estas comidas fueran amargas y muy desagradables al paladar.
Oración
Santa Rosa de Lima utilizaba la oración como un elemento que le brindaba fortaleza para soportar los sacrificios y las flagelaciones a las que ella misma se sometía.
Comenzó a orar desde muy pequeña, dedicándole muchas horas y renunciando a las actividades comunes de las personas de su edad.
Se dice que una de las peticiones más intensas en Santa Rosa de Lima era con relación a quienes consideraba que estaban en “pecado mortal”. Ella pensaba que, a través de sus sacrificios, podía lograr la redención de quienes, para ella, eran pecadores.
Trabajo
A raíz de problemas económicos generados en su familia, Santa Rosa de Lima se dedicó a trabajar vehementemente.
Llevó a cabo tareas en el huerto de su hogar, se encargó de hacer muchos arreglos de costura (que incluían hermosos bordados elaborados) y llevaba las labores domésticas de su casa.
Además de estas labores destinados a ayudar a sus padres, Santa Rosa de Lima también visitaba enfermos en centros hospitalarios, donde los atendía y consolaba.
Se dice que Santa Rosa de Lima descansaba apenas dos horas diarias, oraba durante doce horas y destinaba diez horas para sus trabajos.
Evangelizadora
A pesar de que muchas de sus acciones se desarrollaban en el aislamiento, como la oración y las penitencias, Santa Rosa de Lima también se caracterizó por ser ferviente evangelizadora de los preceptos cristianos.
Daba más importancia a la predicación que al estudio de la teología, debido a que decía que el objetivo principal y último de la doctrina cristiana era transmitir estas enseñanzas.
Entonces, Santa Rosa de Lima predicaba en las comunidades y buscaba disuadir a los que consideraba herejes o alejados de las prácticas cristianas.
Penitencia
Según la doctrina de la Iglesia católica, la penitencia se refiere al acto de contrición que hace una persona considerada pecadora. A través de la penitencia, las personas reconocen sus faltas y demuestran arrepentimiento.
Santa Rosa de Lima es conocida por sus prácticas, en ocasiones excesivas, de penitencia y mortificación físicas. Ésta es una de las facetas más polémicas de la vida de esta santa