La vida cotidiana de los grupos cazadores-recolectores del paleolítico exigía la fabricación de útiles que sirvieran para mejorar sus estrategias de supervivencia. Estos útiles serían fabricados sobre diferentes materias de las que sólo han llegado hasta nuestros días las rocas y los huesos. Entre las rocas, las más utilizadas para la fabricación de herramientas fueron el sílex, la cuarcita y la caliza. Con ellas se fabricaron armas para cazar como las puntas de flecha de sílex o las puntas de hueso; útiles para ranurar, como los buriles, que servían para fabricar los objetos de hueso, asta o madera; raspadores para preparar las pieles de los animales y convertirlas en abrigo o recipientes; lascas de sílex que cortan como cuchillos; agujas de coser de hueso, arpones para la pesca o colgantes de adorno personal.
Para obtener útiles de sílex se utiliza la talla por percusión. Se golpea el núcleo de roca con un percutor, que puede ser una piedra, un trozo de madera o un fragmento de asta de ciervo, y cada uno de los fragmentos que se obtiene se retoca o no en función del útil que se quiera obtener. Existen otras técnicas como la talla por presión para obtener láminas estrechas y finas.
Seguramente se utilizaron otros recursos como la madera, las fibras vegetales o la propia piel de los animales, pero estos materiales no se han conservado hasta el presente.
Las actividades textiles
Los instrumentos empleados en la actividad textil se fabricaban también con materiales orgánicos, los cuales, pocas veces, se conservan en el registro arqueológico del Paleolítico. Aun así, la costura, la cestería, el tejido y el trenzado de fibras vegetales o tiras de piel son documentadas por las investigaciones.
Las agujas de hueso están documentadas hace más de 30.000 años, y son comunes en sitios prehistóricos de hace 20.000 años, coincidiendo con el aumento del frío y la complejidad de las prendas. Entonces y ahora se utilizan para coser ropa, bolsas y tiendas de cuero.
Estudios recientes sobre las agujas permiten determinar diferentes tipos de tejido dependiendo de la morfología de las agujas. Así que las agujas más gruesas y de punta triangular, habrían servido para coser materiales duros (piel), otras con la punta más fina y oval para coser materiales blandos (fibras vegetales) e incluso agujas de doble agujero que podrían haber servido para coser algún tipo de tejido decorativo con hilo doble.
No se encuentra ningún otro tejido del Paleolítico. Sin embargo, hay evidencias indirectas del trabajo con fibras vegetales. Son las huellas negativas fosilizadas de restos de cordeles o cuerdas y redes tejidas y anudadas. Además, algunas de las figuras femeninas más famosas del Paleolítico visten ropa y sombreros que representan claramente los tejidos cosidos de fibras vegetales
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La vida cotidiana de los grupos cazadores-recolectores del paleolítico exigía la fabricación de útiles que sirvieran para mejorar sus estrategias de supervivencia. Estos útiles serían fabricados sobre diferentes materias de las que sólo han llegado hasta nuestros días las rocas y los huesos. Entre las rocas, las más utilizadas para la fabricación de herramientas fueron el sílex, la cuarcita y la caliza. Con ellas se fabricaron armas para cazar como las puntas de flecha de sílex o las puntas de hueso; útiles para ranurar, como los buriles, que servían para fabricar los objetos de hueso, asta o madera; raspadores para preparar las pieles de los animales y convertirlas en abrigo o recipientes; lascas de sílex que cortan como cuchillos; agujas de coser de hueso, arpones para la pesca o colgantes de adorno personal.
Para obtener útiles de sílex se utiliza la talla por percusión. Se golpea el núcleo de roca con un percutor, que puede ser una piedra, un trozo de madera o un fragmento de asta de ciervo, y cada uno de los fragmentos que se obtiene se retoca o no en función del útil que se quiera obtener. Existen otras técnicas como la talla por presión para obtener láminas estrechas y finas.
Seguramente se utilizaron otros recursos como la madera, las fibras vegetales o la propia piel de los animales, pero estos materiales no se han conservado hasta el presente.
Las actividades textiles
Los instrumentos empleados en la actividad textil se fabricaban también con materiales orgánicos, los cuales, pocas veces, se conservan en el registro arqueológico del Paleolítico. Aun así, la costura, la cestería, el tejido y el trenzado de fibras vegetales o tiras de piel son documentadas por las investigaciones.
Las agujas de hueso están documentadas hace más de 30.000 años, y son comunes en sitios prehistóricos de hace 20.000 años, coincidiendo con el aumento del frío y la complejidad de las prendas. Entonces y ahora se utilizan para coser ropa, bolsas y tiendas de cuero.
Estudios recientes sobre las agujas permiten determinar diferentes tipos de tejido dependiendo de la morfología de las agujas. Así que las agujas más gruesas y de punta triangular, habrían servido para coser materiales duros (piel), otras con la punta más fina y oval para coser materiales blandos (fibras vegetales) e incluso agujas de doble agujero que podrían haber servido para coser algún tipo de tejido decorativo con hilo doble.
No se encuentra ningún otro tejido del Paleolítico. Sin embargo, hay evidencias indirectas del trabajo con fibras vegetales. Son las huellas negativas fosilizadas de restos de cordeles o cuerdas y redes tejidas y anudadas. Además, algunas de las figuras femeninas más famosas del Paleolítico visten ropa y sombreros que representan claramente los tejidos cosidos de fibras vegetales
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