como Jesús, debemos ser amigos de pecadores, sin tomar parte en su pecado (Lucas 7:34). Pablo expresa una visión balanceada del separatismo: “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatas; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.” (1 Corintios 5:9-10). En otras palabras, estamos en el mundo, pero no pertenecemos a él.
El Progreso del Peregrino escrito por John Bunyan, ofrece un maravilloso ejemplo de esta separación bíblica; Cristiano y Fiel viajan a través del Pueblo Vanidad, donde se encuentra una Feria (sensual) de Vanidad, porque “el camino a la Ciudad Celestial pasa precisamente por este Pueblo y aquel que quisiera ir a la Ciudad Celestial sin pasar por la feria a fuerza tendría que salir del mundo.”
En la Feria, el hombre de Vanidad se maravilla de las declaraciones del peregrino, vestimenta y valores.
El hecho de que fueran “extranjeros y peregrinos” (Hebreos 11:13) separados de la multitud del mundo.
como Jesús, debemos ser amigos de pecadores, sin tomar parte en su pecado (Lucas 7:34). Pablo expresa una visión balanceada del separatismo: “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatas; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.” (1 Corintios 5:9-10). En otras palabras, estamos en el mundo, pero no pertenecemos a él.
El Progreso del Peregrino escrito por John Bunyan, ofrece un maravilloso ejemplo de esta separación bíblica; Cristiano y Fiel viajan a través del Pueblo Vanidad, donde se encuentra una Feria (sensual) de Vanidad, porque “el camino a la Ciudad Celestial pasa precisamente por este Pueblo y aquel que quisiera ir a la Ciudad Celestial sin pasar por la feria a fuerza tendría que salir del mundo.”
En la Feria, el hombre de Vanidad se maravilla de las declaraciones del peregrino, vestimenta y valores.
El hecho de que fueran “extranjeros y peregrinos” (Hebreos 11:13) separados de la multitud del mundo.