Los plaguicidas se utilizan para proteger los cultivos de los insectos, las malas hierbas, los hongos y otras plagas.
Pueden ser tóxicos para el ser humano y causar efectos tanto agudos como crónicos sobre la salud, en función de la cantidad y del modo de exposición.
Algunos de los plaguicidas más antiguos y baratos pueden permanecer durante años en el suelo y el agua. Su uso en agricultura se ha prohibido en los países desarrollados, pero se continúan utilizando en muchos países en desarrollo.
La exposición a estos productos conlleva mayores riesgos para las personas que entran en contacto con ellas en su trabajo, su domicilio o su jardín.
Los plaguicidas son muy importantes para producir alimentos, ya que mantienen o aumentan el rendimiento de las cosechas y el número de ellas que se recogen por año en el mismo suelo, algo especialmente importante en los países que sufren escasez de alimentos.
Para proteger a los consumidores de los efectos perjudiciales de los plaguicidas, la OMS examina los datos científicos disponibles y establece límites máximos de residuos que son aceptados a nivel internacional.
Respuesta:
contaminación al suelo
Respuesta:
Datos y cifras
Los plaguicidas se utilizan para proteger los cultivos de los insectos, las malas hierbas, los hongos y otras plagas.
Pueden ser tóxicos para el ser humano y causar efectos tanto agudos como crónicos sobre la salud, en función de la cantidad y del modo de exposición.
Algunos de los plaguicidas más antiguos y baratos pueden permanecer durante años en el suelo y el agua. Su uso en agricultura se ha prohibido en los países desarrollados, pero se continúan utilizando en muchos países en desarrollo.
La exposición a estos productos conlleva mayores riesgos para las personas que entran en contacto con ellas en su trabajo, su domicilio o su jardín.
Los plaguicidas son muy importantes para producir alimentos, ya que mantienen o aumentan el rendimiento de las cosechas y el número de ellas que se recogen por año en el mismo suelo, algo especialmente importante en los países que sufren escasez de alimentos.
Para proteger a los consumidores de los efectos perjudiciales de los plaguicidas, la OMS examina los datos científicos disponibles y establece límites máximos de residuos que son aceptados a nivel internacional.