El territorio del Imperio Romano abarcaba tres continentes: sur y oeste de Europa, el oeste de Asia y el norte de África. Dentro de sus límites quedaron: Britania, Galia, España, Suiza, los países situados al sur del rio Danubio, Italia, Grecia, Turquía, Asia Menor y el norte de África.
La expansión romana en Italia se refiere a una serie de conflictos con los que Roma, en su primera etapa republicana —entre el 509 a.C y el 264 a.C.— pasó de ser una pequeña ciudad-Estado latina a gobernar toda la península itálica, sometiendo y federando a los demás pueblos itálicos y unificando todos sus territorios peninsulares bajo el nombre de Italia,[1] la cual, a partir de este momento, se volvió el territorio metropolitano de la misma Roma.
Expansión romana hasta 264 a.C. Sicilia, Córcega, Cerdeña y Galia Cisalpina fueron añadidos más tarde, pero no se consideraban partes de Italia en la época de su conquista.
Se conoce como Hispania romana a los territorios de la península ibérica durante el periodo histórico de dominación romana.
Este periodo se encuentra comprendido entre 218 a. C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y los principios del siglo V (cuando entran los visigodos en la Península, sustituyendo a la autoridad de Roma). A lo largo de este extenso periodo de algo más de seis siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
De hecho, tras el periodo de conquistas, Hispania se convirtió en una parte fundamental del Imperio romano, proporcionando a este un enorme caudal de recursos materiales y humanos, y siendo durante siglos una de las partes más estables del mundo romano y cuna de algunos gobernantes del imperio.
El proceso de asimilación del modo de vida romano y su cultura por los pueblos sometidos se conoce como romanización. El elemento humano fue su más activo factor, y el ejército el principal agente integrador.
La sociedad hispana se organizó como la del resto del Imperio romano, en hombres libres y esclavos. Los hombres libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. Los esclavos, en cambio, no tenían ningún derecho y eran propiedad de algún hombre libre. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres.
Respuesta:
El territorio del Imperio Romano abarcaba tres continentes: sur y oeste de Europa, el oeste de Asia y el norte de África. Dentro de sus límites quedaron: Britania, Galia, España, Suiza, los países situados al sur del rio Danubio, Italia, Grecia, Turquía, Asia Menor y el norte de África.
La expansión romana en Italia se refiere a una serie de conflictos con los que Roma, en su primera etapa republicana —entre el 509 a.C y el 264 a.C.— pasó de ser una pequeña ciudad-Estado latina a gobernar toda la península itálica, sometiendo y federando a los demás pueblos itálicos y unificando todos sus territorios peninsulares bajo el nombre de Italia,[1] la cual, a partir de este momento, se volvió el territorio metropolitano de la misma Roma.
Expansión romana hasta 264 a.C. Sicilia, Córcega, Cerdeña y Galia Cisalpina fueron añadidos más tarde, pero no se consideraban partes de Italia en la época de su conquista.
Se conoce como Hispania romana a los territorios de la península ibérica durante el periodo histórico de dominación romana.
Este periodo se encuentra comprendido entre 218 a. C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y los principios del siglo V (cuando entran los visigodos en la Península, sustituyendo a la autoridad de Roma). A lo largo de este extenso periodo de algo más de seis siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
De hecho, tras el periodo de conquistas, Hispania se convirtió en una parte fundamental del Imperio romano, proporcionando a este un enorme caudal de recursos materiales y humanos, y siendo durante siglos una de las partes más estables del mundo romano y cuna de algunos gobernantes del imperio.
El proceso de asimilación del modo de vida romano y su cultura por los pueblos sometidos se conoce como romanización. El elemento humano fue su más activo factor, y el ejército el principal agente integrador.
La sociedad hispana se organizó como la del resto del Imperio romano, en hombres libres y esclavos. Los hombres libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. Los esclavos, en cambio, no tenían ningún derecho y eran propiedad de algún hombre libre. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres.
Explicación:
Xd es mucho pero espero y te ayude