a información científica que nos llega todos los días viene etiquetada la mayoría de las veces, y cada vez que es necesario, con información relacionada con el tiempo. Los dinosaurios desaparecieron hace 60 millones de años, la momia que se descubrió en una tumba Inca tiene unos 500 años, ciertas huellas de vida primitiva hallados en una roca tienen una edad de cuatro mil millones de años. Los números nos resultan razonables y lógicos, pero... ¿de dónde surgen? ¿Cómo saben los científicos si algo ocurrió hace 2 ó 20 millones de años? ¿Cómo pueden determinar que un lejano asteroide, que se ve borroso en todas las fotografías y del cual apenas sabemos algo, tiene una edad de 200 o 4.500 millones de años? ¿Cómo saben que una roca de granito, un estéril, pasivo e inmutable trozo de materia, es la más antigua que se ha hallado sobre nuestro planeta porque ostenta una edad de más de 4.000 millones de años? ¿Cómo saben hace cuánto tiempo nació el universo? ¿Cómo se puede determinar que una estrella a miles o millones de años luz es joven? ¿Cómo se sabe cuándo se formó un continente o una montaña? Se usa lo que se llama "relojes naturales", que funcionan en los mismos átomos de la materia que forma las cosas. Hay diversas técnicas, que dependen de la escala de tiempo a medir.
Entomología forense Rango: unas horas a unos años En qué se usa: determinación del tiempo que un cuerpo lleva muerto.
Cadáver momificado.
La criminología tiene una herramienta poderosa y segura: la entomología forense. La descomposición de un cuerpo posee un patrón específico. Muy poco después de la muerte llegan insectos de cierto tipo a alimentarse del cuerpo; después, una vez que el cadáver se descompone un poco, llega otro; cuando sólo van quedando pelos, hueso y cuero y todo se ha secado, otro más; y así sucesivamente. Examinando qué insectos se están alimentando de un cadáver y en qué etapa de su desarrollo se encuentran, se puede determinar a menudo el momento de la muerte. Por ejemplo, la medición de las primeras horas y días se basa en una clase de mosca. Atraída con precisión asombrosa por la carroña y la sangre, la moscarda común es casi siempre la primera en la escena de una muerte. Pone huevos rápidamente en las heridas y otras aberturas del cuerpo. Al nacer, los gusanos (larvas) comienzan a devorar la carne tan vorazmente que en un clima cálido pueden ayudar a reducir un cadáver a esqueleto en unos cuantos días. Las larvas pasan por tres etapas antes de convertirse en crisálidas y surgir como moscardas, y lo hacen a ritmos predecibles. Si se conocen las condiciones climatológicas que pueden acelerar o aminorar el desarrollo, se puede calcular con gran precisión la hora de la muerte. Aun después de que la carne ha sido devorada y los insectos han partido, lo que dejan tras ellos puede revelar la estación en que ocurrió la muerte.
El método del carbono 14 Rango: cero a 40.000 años, sólo en restos de seres vivos En qué se usa: principalmente en Arqueología, o en Paleontología cuando se trata de definir la edad de restos de seres vivos de menos de 40.000 años de antigüedad.
Figuras de marfil del valle de Beersheba, Israel, talladas en colmillos de hipopótamo y elefante cuya antigüedad se pudo determinar con el carbono 14: Edad del cobre, hace 5.500 años.
Hemos oído infinidad de veces sobre el carbono 14. Quizás alguno de los que se encuentran leyendo esto crea que sirve para medir todo, incluso los fósiles convertidos en piedra y cristales. No es raro pensar así, ya que el carbono 14 se utiliza siempre en la determinación de cuerpos —y partes de ellos— que estuvieron vivos. La cantidad de carbono 14 que persiste en un material orgánico permite determinar antigüedades de hasta 40.000 años. ¿Qué es y de dónde sale el carbono 14? Los átomos de los elementos contienen partículas en su núcleo: protones y neutrones. La cantidad de protones (con carga positiva) es fija, y determina qué elemento es ése, pero la cantidad de neutrones (de carga neutra) de un núcleo atómico puede variar. El carbono normalmente tiene seis protones y seis neutrones (carbono 12), pero en algunos casos puede tener más neutrones: entonces se convierte en un isótopo. El carbono 14 es un isótopo que tiene ocho neutrones en lugar de seis. Esto lo hace radiactivo, y ser radiactivo significa que emite algo en forma de energía, y esta energía radiactiva proviene de algo que se llama desintegración. ¿Qué se desintegra? Las partículas excedentes en el núcleo. Los isótopos radiactivos se descomponen hasta volverse átomos estables (como lo es el carbono 12), y lo hacen con un ritmo fijo, predecible. De una cantidad determinada de carbono 14, digamos un kilogramo, la mitad se desintegrará en 5.730 años. Después de otros 5.730 años, quedará la cuarta parte.
a información científica que nos llega todos los días viene etiquetada la mayoría de las veces, y cada vez que es necesario, con información relacionada con el tiempo. Los dinosaurios desaparecieron hace 60 millones de años, la momia que se descubrió en una tumba Inca tiene unos 500 años, ciertas huellas de vida primitiva hallados en una roca tienen una edad de cuatro mil millones de años. Los números nos resultan razonables y lógicos, pero... ¿de dónde surgen? ¿Cómo saben los científicos si algo ocurrió hace 2 ó 20 millones de años? ¿Cómo pueden determinar que un lejano asteroide, que se ve borroso en todas las fotografías y del cual apenas sabemos algo, tiene una edad de 200 o 4.500 millones de años? ¿Cómo saben que una roca de granito, un estéril, pasivo e inmutable trozo de materia, es la más antigua que se ha hallado sobre nuestro planeta porque ostenta una edad de más de 4.000 millones de años? ¿Cómo saben hace cuánto tiempo nació el universo? ¿Cómo se puede determinar que una estrella a miles o millones de años luz es joven? ¿Cómo se sabe cuándo se formó un continente o una montaña?
Se usa lo que se llama "relojes naturales", que funcionan en los mismos átomos de la materia que forma las cosas. Hay diversas técnicas, que dependen de la escala de tiempo a medir.
Entomología forense
Rango: unas horas a unos años
En qué se usa: determinación del tiempo que un cuerpo lleva muerto.
Cadáver momificado.
La criminología tiene una herramienta poderosa y segura: la entomología forense. La descomposición de un cuerpo posee un patrón específico. Muy poco después de la muerte llegan insectos de cierto tipo a alimentarse del cuerpo; después, una vez que el cadáver se descompone un poco, llega otro; cuando sólo van quedando pelos, hueso y cuero y todo se ha secado, otro más; y así sucesivamente.
Examinando qué insectos se están alimentando de un cadáver y en qué etapa de su desarrollo se encuentran, se puede determinar a menudo el momento de la muerte.
Por ejemplo, la medición de las primeras horas y días se basa en una clase de mosca. Atraída con precisión asombrosa por la carroña y la sangre, la moscarda común es casi siempre la primera en la escena de una muerte. Pone huevos rápidamente en las heridas y otras aberturas del cuerpo. Al nacer, los gusanos (larvas) comienzan a devorar la carne tan vorazmente que en un clima cálido pueden ayudar a reducir un cadáver a esqueleto en unos cuantos días. Las larvas pasan por tres etapas antes de convertirse en crisálidas y surgir como moscardas, y lo hacen a ritmos predecibles.
Si se conocen las condiciones climatológicas que pueden acelerar o aminorar el desarrollo, se puede calcular con gran precisión la hora de la muerte. Aun después de que la carne ha sido devorada y los insectos han partido, lo que dejan tras ellos puede revelar la estación en que ocurrió la muerte.
El método del carbono 14
Rango: cero a 40.000 años, sólo en restos de seres vivos
En qué se usa: principalmente en Arqueología, o en Paleontología cuando se trata de definir la edad de restos de seres vivos de menos de 40.000 años de antigüedad.
Figuras de marfil del valle de Beersheba, Israel, talladas en colmillos de hipopótamo y elefante cuya antigüedad se pudo determinar con el carbono 14: Edad del cobre, hace 5.500 años.
Hemos oído infinidad de veces sobre el carbono 14. Quizás alguno de los que se encuentran leyendo esto crea que sirve para medir todo, incluso los fósiles convertidos en piedra y cristales. No es raro pensar así, ya que el carbono 14 se utiliza siempre en la determinación de cuerpos —y partes de ellos— que estuvieron vivos. La cantidad de carbono 14 que persiste en un material orgánico permite determinar antigüedades de hasta 40.000 años.
¿Qué es y de dónde sale el carbono 14? Los átomos de los elementos contienen partículas en su núcleo: protones y neutrones. La cantidad de protones (con carga positiva) es fija, y determina qué elemento es ése, pero la cantidad de neutrones (de carga neutra) de un núcleo atómico puede variar. El carbono normalmente tiene seis protones y seis neutrones (carbono 12), pero en algunos casos puede tener más neutrones: entonces se convierte en un isótopo. El carbono 14 es un isótopo que tiene ocho neutrones en lugar de seis. Esto lo hace radiactivo, y ser radiactivo significa que emite algo en forma de energía, y esta energía radiactiva proviene de algo que se llama desintegración. ¿Qué se desintegra? Las partículas excedentes en el núcleo.
Los isótopos radiactivos se descomponen hasta volverse átomos estables (como lo es el carbono 12), y lo hacen con un ritmo fijo, predecible. De una cantidad determinada de carbono 14, digamos un kilogramo, la mitad se desintegrará en 5.730 años. Después de otros 5.730 años, quedará la cuarta parte.