Producida la Revolución de Mayo en 1810 la Junta Grande era el cuerpo que debía representar la opinión pública de las ciudades del interior, pero la acción ejecutiva de la misma se veía trabada por su excesivo número de miembros, y la oposición acusaba a la Junta Grande de inoperante. La falta de un reglamento dificultaba sus funciones perdiendo tiempo en discusiones de modo, postergando así otros asuntos más importantes.
Después de que el general José Manuel de Goyeneche, al mando de las tropas realistas, derrotara a las tropas revolucionarias del Ejército del Norte en la Batalla de Huaqui, ocurrida el 20 de junio de 1811, el desprestigio de la Junta Grande se incrementó.
La decisión de Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta, de encargarse personalmente de la reorganización del Ejército del Norte, dio lugar a un alzamiento del sector que apoyaba a Mariano Moreno, que aprovechó su ausencia para forzar la elección de dos nuevos vocales por Buenos Aires para la Junta. Casi al mismo tiempo, se decidió concentrar el poder en un Triunvirato, formado por los dos nuevos diputados porteños: Feliciano Antonio Chiclana y Juan José Paso y por el más votado de los electores que habían participado de esa elección: Manuel de Sarratea. De este modo, el poder representativo de la Junta quedaba reducido a la representación de los partidos (si es que se le puede dar ese nombre) de la capital.
La formación del Triunvirato1 no significaba -al menos en un principio- la disolución de la Junta Grande, sino su transformación en una Junta Conservadora con atribuciones legislativas. Esta estaba formada por los miembros de la disuelta Junta Grande, pero de los cuales quedaban expresamente exceptuados Cornelio Saavedra y Joaquín Campana.
Producida la Revolución de Mayo en 1810 la Junta Grande era el cuerpo que debía representar la opinión pública de las ciudades del interior, pero la acción ejecutiva de la misma se veía trabada por su excesivo número de miembros, y la oposición acusaba a la Junta Grande de inoperante. La falta de un reglamento dificultaba sus funciones perdiendo tiempo en discusiones de modo, postergando así otros asuntos más importantes.
Después de que el general José Manuel de Goyeneche, al mando de las tropas realistas, derrotara a las tropas revolucionarias del Ejército del Norte en la Batalla de Huaqui, ocurrida el 20 de junio de 1811, el desprestigio de la Junta Grande se incrementó.
La decisión de Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta, de encargarse personalmente de la reorganización del Ejército del Norte, dio lugar a un alzamiento del sector que apoyaba a Mariano Moreno, que aprovechó su ausencia para forzar la elección de dos nuevos vocales por Buenos Aires para la Junta. Casi al mismo tiempo, se decidió concentrar el poder en un Triunvirato, formado por los dos nuevos diputados porteños: Feliciano Antonio Chiclana y Juan José Paso y por el más votado de los electores que habían participado de esa elección: Manuel de Sarratea. De este modo, el poder representativo de la Junta quedaba reducido a la representación de los partidos (si es que se le puede dar ese nombre) de la capital.
La formación del Triunvirato1 no significaba -al menos en un principio- la disolución de la Junta Grande, sino su transformación en una Junta Conservadora con atribuciones legislativas. Esta estaba formada por los miembros de la disuelta Junta Grande, pero de los cuales quedaban expresamente exceptuados Cornelio Saavedra y Joaquín Campana.