La asepsia total no existe en periodismo. Ninguna información, por muy factual que sea, queda totalmente libre de las impregnaciones ideológicas o culturales del periodista. Pero entre una asepsia ideal y una interpretación totalmente moldeada por la subjetividad de quien escribe hay un larguísimo trecho que los periodistas pueden recorrer en diferente medida. ¿Hasta dónde es legítimo que las ideas personales o la subjetividad del periodista afloren en las informaciones? Esta es una pregunta a la que he de responder a menudo, pues recibo con frecuencia cartas de lectores que consideran que una determinada información está excesivamente sesgada por la opinión del periodista.
Respuesta:
La asepsia total no existe en periodismo. Ninguna información, por muy factual que sea, queda totalmente libre de las impregnaciones ideológicas o culturales del periodista. Pero entre una asepsia ideal y una interpretación totalmente moldeada por la subjetividad de quien escribe hay un larguísimo trecho que los periodistas pueden recorrer en diferente medida. ¿Hasta dónde es legítimo que las ideas personales o la subjetividad del periodista afloren en las informaciones? Esta es una pregunta a la que he de responder a menudo, pues recibo con frecuencia cartas de lectores que consideran que una determinada información está excesivamente sesgada por la opinión del periodista.