fue el soberano del Imperio incaico, entidad que existió en el occidente de América del Sur desde el siglo XIII hasta el siglo XVI. También eran usados los términos Cápac Inca (en quechua: Qapaq Inqa, ‘el Poderoso Inca1 ’)? y Çapa Inca (en quechua: Sapa Inqa, ‘el Inca, el único’)? cuyo dominio se extendió inicialmente al curacazgo del Cuzco y luego al Tahuantinsuyo. El primer sinchi cuzqueño en utilizar el título de inca fue Inca Roca, fundador de la dinastía Hanan Cuzco. El último inca en el gobierno fue Atahualpa. Posteriormente el título fue empleado por los jefes de la resistencia a la conquista del Perú, como Manco Inca o Túpac Amaru I, conocidos como incas de Vilcabamba.
La residencia de los incas se encontraba en Cuzco. Los miembros de la sociedad incaica consideraban que sus gobernantes eran descendientes y sucesores de Manco Cápac, héroe cultural que introdujo la vida civilizada y en el cual se apoyaba la legitimidad del régimen político incaico.2 De acuerdo con los cronistas de Indias y los testimonios de algunos conquistadores como Francisco Pizarro, el poder del inca era absoluto; por ello era poseedor no sólo de las tierras del Tahuantinsuyo sino de todo aquello que se encontraba dentro de él, incluyendo las vidas de sus súbditos
fue el soberano del Imperio incaico, entidad que existió en el occidente de América del Sur desde el siglo XIII hasta el siglo XVI. También eran usados los términos Cápac Inca (en quechua: Qapaq Inqa, ‘el Poderoso Inca1 ’)? y Çapa Inca (en quechua: Sapa Inqa, ‘el Inca, el único’)? cuyo dominio se extendió inicialmente al curacazgo del Cuzco y luego al Tahuantinsuyo. El primer sinchi cuzqueño en utilizar el título de inca fue Inca Roca, fundador de la dinastía Hanan Cuzco. El último inca en el gobierno fue Atahualpa. Posteriormente el título fue empleado por los jefes de la resistencia a la conquista del Perú, como Manco Inca o Túpac Amaru I, conocidos como incas de Vilcabamba.
La residencia de los incas se encontraba en Cuzco. Los miembros de la sociedad incaica consideraban que sus gobernantes eran descendientes y sucesores de Manco Cápac, héroe cultural que introdujo la vida civilizada y en el cual se apoyaba la legitimidad del régimen político incaico.2 De acuerdo con los cronistas de Indias y los testimonios de algunos conquistadores como Francisco Pizarro, el poder del inca era absoluto; por ello era poseedor no sólo de las tierras del Tahuantinsuyo sino de todo aquello que se encontraba dentro de él, incluyendo las vidas de sus súbditos