Las formas literarias son las categorías con las que escribimos o hablamos. Contrariamente a lo que pudiéramos pensar superficialmente, el significado de nuestras palabras no está determinado solamente por el diccionario. Considere esta frase: “El expreso de Mexico salió ayer a las 8:30 p.m.” Un diccionario y una enciclopedia establecerán los significados de cada palabra. Pero no podemos todavía evaluar el contenido real de esta frase hasta que no sepamos que categoría de escrito, en qué ‘forma literaria’ ocurre. Si aparece en un reporte oficial de Ferrocarriles sabemos que la frase es exacta. Si aparece en una carta personal, puede que el corresponsal se haya equivocado por algunos minutos. Si la frase aparece en una novela de detectives, simplemente la consideramos ficción.
Al entrar a una librería encontramos una enorme variedad de formas literarias entre los libros. Nuevamente, sin el menor esfuerzo consciente reconocemos los misales, las gramáticas, los manuales técnicos, antologías de poesía, tratados filosóficos, textos escolares, colecciones de ensayos y muchos tipos de lectura fácil. ¿Sobre qué base los podemos distinguir tan fácilmente? Si nos ponemos a pensarlo, encontraremos que los clasificamos bajo estas tres características:
a. Por su contenido..
Un recetario de cocina, una guía de ferrocarriles o un libro de poesía no nos dejan duda a qué categoría pertenecen, ¡con una mirada al índice ya lo sabemos!
b. Por su estilo.
Al comparar un misal con una novela de detectives vemos que, aparte del contenido, hay una marcada diferencia en el estilo del libro. Reconocemos instintivamente de qué tipo de escrito estamos manejando por sus palabras y su estilo.
Las formas literarias son las categorías con las que escribimos o hablamos. Contrariamente a lo que pudiéramos pensar superficialmente, el significado de nuestras palabras no está determinado solamente por el diccionario. Considere esta frase: “El expreso de Mexico salió ayer a las 8:30 p.m.” Un diccionario y una enciclopedia establecerán los significados de cada palabra. Pero no podemos todavía evaluar el contenido real de esta frase hasta que no sepamos que categoría de escrito, en qué ‘forma literaria’ ocurre. Si aparece en un reporte oficial de Ferrocarriles sabemos que la frase es exacta. Si aparece en una carta personal, puede que el corresponsal se haya equivocado por algunos minutos. Si la frase aparece en una novela de detectives, simplemente la consideramos ficción.
Al entrar a una librería encontramos una enorme variedad de formas literarias entre los libros. Nuevamente, sin el menor esfuerzo consciente reconocemos los misales, las gramáticas, los manuales técnicos, antologías de poesía, tratados filosóficos, textos escolares, colecciones de ensayos y muchos tipos de lectura fácil. ¿Sobre qué base los podemos distinguir tan fácilmente? Si nos ponemos a pensarlo, encontraremos que los clasificamos bajo estas tres características:
a. Por su contenido..
Un recetario de cocina, una guía de ferrocarriles o un libro de poesía no nos dejan duda a qué categoría pertenecen, ¡con una mirada al índice ya lo sabemos!
b. Por su estilo.
Al comparar un misal con una novela de detectives vemos que, aparte del contenido, hay una marcada diferencia en el estilo del libro. Reconocemos instintivamente de qué tipo de escrito estamos manejando por sus palabras y su estilo.