A lo largo de la historia la tierra ha experimentado cambios en los parámetros climáticos de temperatura, humedad, presión, vientos, precipitaciones, nubosidad, entre otros. Inicialmente, a esos cambios que dependen fundamentalmente de la naturaleza se les llamaba variabilidad natural del clima, pero desde hace varios años en estos ha incidido la acción del hombre, por lo que se ha usado también la expresión cambio climático antropogénico. Al respecto, los impactos del cambio climático en sistemas humanos y naturales se prevén graves, de largo alcance y capaces de afectar desproporcionadamente a los sectores de la población más vulnerables física y económicamente; por ello muchos países, entre ellos Cuba, han trabajado para minimizar las consecuencias de este. Los autores de este artículo consideraron importante describir los efectos actuales y futuros de la variabilidad y el cambio climáticos en la salud.
Hasta hace un poco más de 5 décadas el calentamiento global era una preocupación solamente de un reducido grupo de investigadores; sin embargo, en la actualidad, y ante las evidencias acumuladas de este tema, ha acaparado la atención en amplios espacios de discusión y decisión a todos los niveles.
El 9 de mayo de 1992, en la ciudad de Nueva York se adoptó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, con el objetivo de reforzar la conciencia pública a escala mundial sobre los problemas relacionados con el cambio climático.5 Posteriormente, en 1997, los gobiernos acordaron incorporar una adición al tratado, conocida con el nombre de Protocolo de Kyoto, que cuenta con medidas más enérgicas.
Para llamar la atención sobre la conexión entre el cambio climático global y la salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) escogió, el 7 de abril del 2008, el tema del cambio climático global para celebrar el Día Mundial de la Salud. En esa ocasión la Directora General de la OMS expresó sucintamente que la preocupación primordial era la siguiente: "el cambio climático es una amenaza muy directa para la salud"
Entre los efectos directos del cambio climático en la salud se pueden incluir las lesiones y enfermedades ocasionadas por condiciones meteorológicas extremas, inundaciones y sobreexposición al calor; el aumento de casos de enfermedades asociadas a alergias y problemas respiratorios, así como las entidades transmitidas por insectos o a través del agua; y las amenazas a la seguridad y disponibilidad de fuentes de agua y de alimentos. Otros efectos menos directos pueden incluir la preocupación, la depresión y el impacto negativo de migraciones masivas y conflictos regionales. Los servicios de salud pública son indispensables para prevenir lesiones y enfermedades; aumentar la preparación en el campo de la salud pública y reducir los riesgos del principal problema ambiental al que se enfrenta la humanidad es el reto actual.
Muchos países han trabajado para minimizar las consecuencias del cambio climático y Cuba no se ha quedado rezagada, por lo que se consideró importante describir los efectos actuales y futuros de la variabilidad y el cambio climáticos, y su repercusión en la salud.
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A lo largo de la historia la tierra ha experimentado cambios en los parámetros climáticos de temperatura, humedad, presión, vientos, precipitaciones, nubosidad, entre otros. Inicialmente, a esos cambios que dependen fundamentalmente de la naturaleza se les llamaba variabilidad natural del clima, pero desde hace varios años en estos ha incidido la acción del hombre, por lo que se ha usado también la expresión cambio climático antropogénico. Al respecto, los impactos del cambio climático en sistemas humanos y naturales se prevén graves, de largo alcance y capaces de afectar desproporcionadamente a los sectores de la población más vulnerables física y económicamente; por ello muchos países, entre ellos Cuba, han trabajado para minimizar las consecuencias de este. Los autores de este artículo consideraron importante describir los efectos actuales y futuros de la variabilidad y el cambio climáticos en la salud.
Hasta hace un poco más de 5 décadas el calentamiento global era una preocupación solamente de un reducido grupo de investigadores; sin embargo, en la actualidad, y ante las evidencias acumuladas de este tema, ha acaparado la atención en amplios espacios de discusión y decisión a todos los niveles.
El 9 de mayo de 1992, en la ciudad de Nueva York se adoptó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, con el objetivo de reforzar la conciencia pública a escala mundial sobre los problemas relacionados con el cambio climático.5 Posteriormente, en 1997, los gobiernos acordaron incorporar una adición al tratado, conocida con el nombre de Protocolo de Kyoto, que cuenta con medidas más enérgicas.
Para llamar la atención sobre la conexión entre el cambio climático global y la salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) escogió, el 7 de abril del 2008, el tema del cambio climático global para celebrar el Día Mundial de la Salud. En esa ocasión la Directora General de la OMS expresó sucintamente que la preocupación primordial era la siguiente: "el cambio climático es una amenaza muy directa para la salud"
Entre los efectos directos del cambio climático en la salud se pueden incluir las lesiones y enfermedades ocasionadas por condiciones meteorológicas extremas, inundaciones y sobreexposición al calor; el aumento de casos de enfermedades asociadas a alergias y problemas respiratorios, así como las entidades transmitidas por insectos o a través del agua; y las amenazas a la seguridad y disponibilidad de fuentes de agua y de alimentos. Otros efectos menos directos pueden incluir la preocupación, la depresión y el impacto negativo de migraciones masivas y conflictos regionales. Los servicios de salud pública son indispensables para prevenir lesiones y enfermedades; aumentar la preparación en el campo de la salud pública y reducir los riesgos del principal problema ambiental al que se enfrenta la humanidad es el reto actual.
Muchos países han trabajado para minimizar las consecuencias del cambio climático y Cuba no se ha quedado rezagada, por lo que se consideró importante describir los efectos actuales y futuros de la variabilidad y el cambio climáticos, y su repercusión en la salud.