Bien, hasta aquí no hemos destripado la película. Pero a partir de ahora, no nos hacemos responsables si te la fastidiamos. Eres libre de, en caso de no haberla visto, dejar de leer esta entrada y ver La princesa Mononoke. Puedes volver después de haberla visto. De hecho, es recomendable seguir la siguiente secuencia: ver la película – leer esta entrada – volver a ver la película.
1. Algunas ideas correctas pero con poco detalle
Para la inmensa mayoría de personas que han visto esta película, esta tiene un tema claro: el medio ambiente. Sin embargo esto es pintar con brocha gorda. Desde nuestro punto de vista, hay una temática más compleja y profunda manifestada a través de varias personificaciones. Concretamente hay tres personificaciones imprescindibles: Lady Eboshi, que personifica el progreso, Ashitaka, que personifica la tradición, y Mononoke, que personifica a la naturaleza. El tema de la película sería las relaciones entre progreso, tradición y naturaleza y las consecuencias de estas relaciones. Estas se representan en la película a través de las relaciones entre estos tres personajes, Lady Eboshi, Ashitaka y Mononoke. A continuación entenderemos estas personificaciones, profundizando más en ellas y en sus relaciones.
2. Ashitaka como personificación de la tradición
Ashitaka personifica la tradición y lo antiguo. En primer lugar, es miembro de una tribu que se cree extinta, los Emishi. Como tal, su forma de vestir, su montura, su cuenco de comer, etc. tienen para los personajes que se va encontrando un aspecto extraño. Además, es ajeno al mundo moderno. No conoce la moneda acuñada, en su lugar utiliza pepitas de oro, y tampoco sabe lo que es una bala de fusil, la cual ve como una extraño objeto, que hirió a un dios jabalí y lo convirtió en un diablo, que atacó su aldea y le dejó una maldición. En segundo lugar, Ashitaka cree en la adivinación a través de las piedras, venera a los dioses, respeta a los espíritus, es humilde, a veces algo ingenuo, y tiene cierto conocimiento de la naturaleza, la cual respeta profundamente.
Por otra parte, se ve a la tradición como apegada a la naturaleza, lo cual en la película aparece claramente representado en el intento de Ashitaka por armonizar la vida humana con la supervivencia del bosque, así como en su devaneo amoroso con Mononoke. Precisamente, porque la tradición está apegada a la naturaleza, es una de las víctimas del progreso. Esto es manifiesto en el diablo que ataca la aldea, producto de haber herido a un dios de la naturaleza con una bala de fusil, y en la maldición que cae sobre Ashitaka cuando toca al jabalí.
3. Lady Eboshi como personificación del progreso
En La princesa Mononoke el progreso es visto desde el punto de vista de sus contradicciones internas. Como hemos dicho estas se manifiestan en Lady Eboshi, que personifica el progreso. En un principio, nos muestran un personaje empeñado en destruir un bosque en el que hay reservas de hierro. Ella gestiona y dirige la Ciudad del hierro, la cual depende de las minas de hierro, la fundición de la ciudad y sus fusiles. Este intento de explotación del bosque la hace enfrentarse al propio bosque, a la naturaleza, por un lado. Por otro lado, la codicia humana hace que el hierro sea anhelado, por lo que la ciudad mantiene una guerra con Lord Asano, que quiere hacerse con el metal. Aquí se ve el polo negativo del progreso: genera destrucción del hombre por el hombre, de la naturaleza por el hombre y del hombre por la naturaleza.
Sin embargo en Lady Eboshi también aparece la cara amable de este. En la ciudad del hierro Lady Eboshi ha sacado de los burdeles a todas las mujeres que se han ido a vivir con ella. Asimismo, los leprosos son protegidos y cuidados. A cambio, comen y están protegidos de Lord Asano, viviendo hombres, mujeres y leprosos de forma equitativa.
Otros rasgos típicos del progreso y de la actitud ilustrada los podemos ver en la personalidad de Lady Eboshi. Esta trata con desdén a Ashitaka (la tradición), se ríe de la superstición (la creencia del emperador de que la cabeza del espíritu del bosque le dará la inmortalidad) y se enfrenta a los dioses (la religión), contra cuya vida atenta (al espíritu del bosque le arranca la cabeza de un disparo).
Respuesta:
Explicación:
Bien, hasta aquí no hemos destripado la película. Pero a partir de ahora, no nos hacemos responsables si te la fastidiamos. Eres libre de, en caso de no haberla visto, dejar de leer esta entrada y ver La princesa Mononoke. Puedes volver después de haberla visto. De hecho, es recomendable seguir la siguiente secuencia: ver la película – leer esta entrada – volver a ver la película.
1. Algunas ideas correctas pero con poco detalle
Para la inmensa mayoría de personas que han visto esta película, esta tiene un tema claro: el medio ambiente. Sin embargo esto es pintar con brocha gorda. Desde nuestro punto de vista, hay una temática más compleja y profunda manifestada a través de varias personificaciones. Concretamente hay tres personificaciones imprescindibles: Lady Eboshi, que personifica el progreso, Ashitaka, que personifica la tradición, y Mononoke, que personifica a la naturaleza. El tema de la película sería las relaciones entre progreso, tradición y naturaleza y las consecuencias de estas relaciones. Estas se representan en la película a través de las relaciones entre estos tres personajes, Lady Eboshi, Ashitaka y Mononoke. A continuación entenderemos estas personificaciones, profundizando más en ellas y en sus relaciones.
2. Ashitaka como personificación de la tradición
Ashitaka personifica la tradición y lo antiguo. En primer lugar, es miembro de una tribu que se cree extinta, los Emishi. Como tal, su forma de vestir, su montura, su cuenco de comer, etc. tienen para los personajes que se va encontrando un aspecto extraño. Además, es ajeno al mundo moderno. No conoce la moneda acuñada, en su lugar utiliza pepitas de oro, y tampoco sabe lo que es una bala de fusil, la cual ve como una extraño objeto, que hirió a un dios jabalí y lo convirtió en un diablo, que atacó su aldea y le dejó una maldición. En segundo lugar, Ashitaka cree en la adivinación a través de las piedras, venera a los dioses, respeta a los espíritus, es humilde, a veces algo ingenuo, y tiene cierto conocimiento de la naturaleza, la cual respeta profundamente.
Por otra parte, se ve a la tradición como apegada a la naturaleza, lo cual en la película aparece claramente representado en el intento de Ashitaka por armonizar la vida humana con la supervivencia del bosque, así como en su devaneo amoroso con Mononoke. Precisamente, porque la tradición está apegada a la naturaleza, es una de las víctimas del progreso. Esto es manifiesto en el diablo que ataca la aldea, producto de haber herido a un dios de la naturaleza con una bala de fusil, y en la maldición que cae sobre Ashitaka cuando toca al jabalí.
3. Lady Eboshi como personificación del progreso
En La princesa Mononoke el progreso es visto desde el punto de vista de sus contradicciones internas. Como hemos dicho estas se manifiestan en Lady Eboshi, que personifica el progreso. En un principio, nos muestran un personaje empeñado en destruir un bosque en el que hay reservas de hierro. Ella gestiona y dirige la Ciudad del hierro, la cual depende de las minas de hierro, la fundición de la ciudad y sus fusiles. Este intento de explotación del bosque la hace enfrentarse al propio bosque, a la naturaleza, por un lado. Por otro lado, la codicia humana hace que el hierro sea anhelado, por lo que la ciudad mantiene una guerra con Lord Asano, que quiere hacerse con el metal. Aquí se ve el polo negativo del progreso: genera destrucción del hombre por el hombre, de la naturaleza por el hombre y del hombre por la naturaleza.
Sin embargo en Lady Eboshi también aparece la cara amable de este. En la ciudad del hierro Lady Eboshi ha sacado de los burdeles a todas las mujeres que se han ido a vivir con ella. Asimismo, los leprosos son protegidos y cuidados. A cambio, comen y están protegidos de Lord Asano, viviendo hombres, mujeres y leprosos de forma equitativa.
Otros rasgos típicos del progreso y de la actitud ilustrada los podemos ver en la personalidad de Lady Eboshi. Esta trata con desdén a Ashitaka (la tradición), se ríe de la superstición (la creencia del emperador de que la cabeza del espíritu del bosque le dará la inmortalidad) y se enfrenta a los dioses (la religión), contra cuya vida atenta (al espíritu del bosque le arranca la cabeza de un disparo).
4. Mononoke como personificación de la naturaleza