Por lo tanto, tener un corazón humilde y sumiso es una elección que hacemos. Esto significa que como creyentes nacidos de nuevo podemos hacer una elección diaria para someternos a Dios por la obra que el Espíritu Santo hace en nosotros de "conformarnos a la imagen de Cristo". Dios usará las situaciones de nuestras vidas para traernos la oportunidad de someternos a él (Romanos 8:28-29). Luego, el creyente acepta su gracia y provisión para andar en el Espíritu y no a la manera de la vieja naturaleza. Esa obra se logra eligiendo el dedicarnos a la palabra de Dios y a aprender acerca de las provisiones que Dios ha hecho para nosotros en Cristo Jesús. Desde el momento en que nacemos de nuevo, en Cristo tenemos todas las provisiones que necesitamos, para llegar a ser un creyente maduro, sin embargo, tenemos que hacer la elección para aprender sobre esas provisiones a través del estudio de la palabra y aplicarlas a nuestro diario caminar.
Tenemos que elegir el someternos a Dios para el proceso de aprender con el fin de crecer espiritualmente. Es un proceso que se inició en la salvación y continúa con cada elección que hacemos de someternos a Dios. Este proceso continuará hasta que el Señor venga de nuevo o hasta que nos llame a casa. Lo bueno de esto es que, como tan acertadamente el apóstol Pablo dice, "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Corintios 3:18).
Dios no nos pide que nos sometamos porque él es un tirano, sino porque él es un Padre amoroso y sabe lo que es mejor para nosotros. Las bendiciones y la paz que obtenemos por rendirnos humildemente y someternos diariamente a él, son un don de la gracia que no se puede comparar con nada en este mundo.
Explicación:
Caminar junto al Señor, obedecer sus mandamientos..
Respuesta:Que aceptaste a dios en tu corazon
Respuesta:
Por lo tanto, tener un corazón humilde y sumiso es una elección que hacemos. Esto significa que como creyentes nacidos de nuevo podemos hacer una elección diaria para someternos a Dios por la obra que el Espíritu Santo hace en nosotros de "conformarnos a la imagen de Cristo". Dios usará las situaciones de nuestras vidas para traernos la oportunidad de someternos a él (Romanos 8:28-29). Luego, el creyente acepta su gracia y provisión para andar en el Espíritu y no a la manera de la vieja naturaleza. Esa obra se logra eligiendo el dedicarnos a la palabra de Dios y a aprender acerca de las provisiones que Dios ha hecho para nosotros en Cristo Jesús. Desde el momento en que nacemos de nuevo, en Cristo tenemos todas las provisiones que necesitamos, para llegar a ser un creyente maduro, sin embargo, tenemos que hacer la elección para aprender sobre esas provisiones a través del estudio de la palabra y aplicarlas a nuestro diario caminar.
Tenemos que elegir el someternos a Dios para el proceso de aprender con el fin de crecer espiritualmente. Es un proceso que se inició en la salvación y continúa con cada elección que hacemos de someternos a Dios. Este proceso continuará hasta que el Señor venga de nuevo o hasta que nos llame a casa. Lo bueno de esto es que, como tan acertadamente el apóstol Pablo dice, "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor" (2 Corintios 3:18).
Dios no nos pide que nos sometamos porque él es un tirano, sino porque él es un Padre amoroso y sabe lo que es mejor para nosotros. Las bendiciones y la paz que obtenemos por rendirnos humildemente y someternos diariamente a él, son un don de la gracia que no se puede comparar con nada en este mundo.
Explicación:
Caminar junto al Señor, obedecer sus mandamientos..