Como en prácticamente todos los países, en Argentina existe un conjunto de mitos y ritos que les son propios, tales mitos y ritos, junto a otras formas de creencias y devociones constituyen parte principalísima de su folklore.
Como todo es dinámico, muchas de las creencias, en especial las surgidas de etnias de los pueblos amerindios, son compartidas por las poblaciones de estados vecinos. También (y especialmente en Argentina) las creencias con origen en los indígenas suelen haber sido sincretizadas o resignificadas ante los influjos procedentes de Europa e incluso de África.
Explicación:
Aunque las creencias y devociones populares comparten elementos con la religión, frecuentemente distan de ser incluibles en una o varias religiones, en todo caso forman parte del sistema de creencias de un colectivo e incluso un solo sujeto (un sujeto puede creer en uno/s de los fenómenos creenciales y devocionales y no creer en otros ya que, precisamente, están fuera de una religión).
Se habla de supersticiones cuando las creencias corresponden a hechos explicados ya por las ciencias (como ocurre por ejemplo con la luz mala).
Por otra parte, y especialmente desde la segunda mitad del siglo XIX ha surgido un importante conjunto de devociones populares hacia ciertas personas, las cuales suelen ser consideradas milagrosas, tales devociones populares están fuera del culto canónico de la Iglesia católica (iglesia que fue absolutamente mayoritaria entre la población argentina la cual es mayoritariamente descendiente de países muy católicos como España, Italia e incluso Irlanda y Polonia, hasta mediados de siglo XX, a tal grado que el primer papa americano en la historia es el argentino papa Francisco), pese a esto, la población las ha asimilado dentro de las prácticas de esa misma iglesia.
Los fenómenos creenciales y devocionales observados son heterogéneos: van desde creencias consideradas fundamentales para la vida, a las creencias en el efecto mágico de «pequeños» rituales tradicionales.
En líneas generales parece constatarse, especialmente en Argentina, una constante y gradual disipación de las creencias místicas, particularmente las creencias provenientes de las culturas aborígenes y del folclore gaucho, sin embargo nada parece ser lineal y se notan, particularmente en tiempos de crisis, reactivaciones de lo creencial.
Respuesta:
Como en prácticamente todos los países, en Argentina existe un conjunto de mitos y ritos que les son propios, tales mitos y ritos, junto a otras formas de creencias y devociones constituyen parte principalísima de su folklore.
Como todo es dinámico, muchas de las creencias, en especial las surgidas de etnias de los pueblos amerindios, son compartidas por las poblaciones de estados vecinos. También (y especialmente en Argentina) las creencias con origen en los indígenas suelen haber sido sincretizadas o resignificadas ante los influjos procedentes de Europa e incluso de África.
Explicación:
Aunque las creencias y devociones populares comparten elementos con la religión, frecuentemente distan de ser incluibles en una o varias religiones, en todo caso forman parte del sistema de creencias de un colectivo e incluso un solo sujeto (un sujeto puede creer en uno/s de los fenómenos creenciales y devocionales y no creer en otros ya que, precisamente, están fuera de una religión).
Se habla de supersticiones cuando las creencias corresponden a hechos explicados ya por las ciencias (como ocurre por ejemplo con la luz mala).
Por otra parte, y especialmente desde la segunda mitad del siglo XIX ha surgido un importante conjunto de devociones populares hacia ciertas personas, las cuales suelen ser consideradas milagrosas, tales devociones populares están fuera del culto canónico de la Iglesia católica (iglesia que fue absolutamente mayoritaria entre la población argentina la cual es mayoritariamente descendiente de países muy católicos como España, Italia e incluso Irlanda y Polonia, hasta mediados de siglo XX, a tal grado que el primer papa americano en la historia es el argentino papa Francisco), pese a esto, la población las ha asimilado dentro de las prácticas de esa misma iglesia.
Los fenómenos creenciales y devocionales observados son heterogéneos: van desde creencias consideradas fundamentales para la vida, a las creencias en el efecto mágico de «pequeños» rituales tradicionales.
En líneas generales parece constatarse, especialmente en Argentina, una constante y gradual disipación de las creencias místicas, particularmente las creencias provenientes de las culturas aborígenes y del folclore gaucho, sin embargo nada parece ser lineal y se notan, particularmente en tiempos de crisis, reactivaciones de lo creencial.