Ahora mismo deberías estar a oscuras, en tu cuarto, regocijándote de cuán respetuoso eres con el Medio Ambiente por apagar la luz un rato y sentirte así menos culpable que el resto. Podrías aprovechar esos treinta minutos para reflexionar seriamente acerca de la marca indeleble que le estamos dejando al planeta, por supuesto. Podrías aprovechar para hacer una lista de cosas que puedes cambiar tanto en tu casa, como en tu comunidad, barrio e incluso ciudad. Pero no lo harás.
Image for post
No apagarás el router ni pondrás el teléfono en modo avión. Sencillamente encenderás una velita y sintiéndote un auténtico cromagnón de épocas prehistóricas te harás el selfie de turno para que el resto del mundo vea lo bueno que eres con tu entorno, lo cool que queda parecer el amo del calabozo durante media hora para redimir tus pecados ecológicos. Poco te importa cuando coges el coche pudiendo ir en bus, pero claro, ¿quién quiere mojarse de camino al trabajo?
Muchas ciudades incluso apagarán sus monumentos durante ése intervalo de tiempo para mostrar así su compromiso con la iniciativa. No importa que no se fomente el transporte público como prioridad urbanística, ni que cada día se acumule más basura proveniente del empaquetado excesivo en muchos productos, que la instalación de paneles solares sea una odisea…lo importante es la fot0, el “postureo” como lo llamamos por aquí, el aparentar que uno está comprometido con algo que ni siquiera le ha importado minutos antes cuando se dio una ducha de veinticinco minutos, que nadie le haga pasar vergüenza como el año pasado, cuando se olvidó de apagar las luces y todo el mundo le tomó por un derrochador. Se prometió a si mismo que eso no volvería a ocurrir y así ha sido. A oscuras, con una vela, despotricando vía Twitter contra aquellos que no creen en dicha iniciativa.
Porque resulta que algunos creemos que el resto del tiempo también son las horas del planeta. Son horas en las que si podemos elegir entre ir andando o ir en coche, deberíamos recordar que también es la hora del planeta. Si tenemos que ir a comprar comida, vamos a ir a comprarla a granel y no empaquetada en pequeñas bolsitas que acabarán flotando en alguna playa otrora limpia y agradecida. Pero eso no pasará, nadie quiere ver 365 fotos de lo responsable que es uno con el planeta, sólo quieren verlas mientras las luces estén apagadas y el espectáculo haya comenzado.
Desde luego que es la Hora del Planeta. La última, a éste ritmo.
Respuesta:
Ahora mismo deberías estar a oscuras, en tu cuarto, regocijándote de cuán respetuoso eres con el Medio Ambiente por apagar la luz un rato y sentirte así menos culpable que el resto. Podrías aprovechar esos treinta minutos para reflexionar seriamente acerca de la marca indeleble que le estamos dejando al planeta, por supuesto. Podrías aprovechar para hacer una lista de cosas que puedes cambiar tanto en tu casa, como en tu comunidad, barrio e incluso ciudad. Pero no lo harás.
Image for post
No apagarás el router ni pondrás el teléfono en modo avión. Sencillamente encenderás una velita y sintiéndote un auténtico cromagnón de épocas prehistóricas te harás el selfie de turno para que el resto del mundo vea lo bueno que eres con tu entorno, lo cool que queda parecer el amo del calabozo durante media hora para redimir tus pecados ecológicos. Poco te importa cuando coges el coche pudiendo ir en bus, pero claro, ¿quién quiere mojarse de camino al trabajo?
Muchas ciudades incluso apagarán sus monumentos durante ése intervalo de tiempo para mostrar así su compromiso con la iniciativa. No importa que no se fomente el transporte público como prioridad urbanística, ni que cada día se acumule más basura proveniente del empaquetado excesivo en muchos productos, que la instalación de paneles solares sea una odisea…lo importante es la fot0, el “postureo” como lo llamamos por aquí, el aparentar que uno está comprometido con algo que ni siquiera le ha importado minutos antes cuando se dio una ducha de veinticinco minutos, que nadie le haga pasar vergüenza como el año pasado, cuando se olvidó de apagar las luces y todo el mundo le tomó por un derrochador. Se prometió a si mismo que eso no volvería a ocurrir y así ha sido. A oscuras, con una vela, despotricando vía Twitter contra aquellos que no creen en dicha iniciativa.
Porque resulta que algunos creemos que el resto del tiempo también son las horas del planeta. Son horas en las que si podemos elegir entre ir andando o ir en coche, deberíamos recordar que también es la hora del planeta. Si tenemos que ir a comprar comida, vamos a ir a comprarla a granel y no empaquetada en pequeñas bolsitas que acabarán flotando en alguna playa otrora limpia y agradecida. Pero eso no pasará, nadie quiere ver 365 fotos de lo responsable que es uno con el planeta, sólo quieren verlas mientras las luces estén apagadas y el espectáculo haya comenzado.
Desde luego que es la Hora del Planeta. La última, a éste ritmo.
Respuesta:
se trata de un apagón electrónico
Explicación:
se celebra cada último sábado de marzo de cada año