Descartes se dio cuenta de que muchas cosas que creyó que eran verdaderas, resultaron ser falsas; así que se puso a dudar de todas las cosas, porque a lo mejor todas eran falsas. Pero entonces cayó en la cuenta de que no podía dudar de que estaba dudando, o sea de que estaba pensando; y como es imposible pensar sin existir, sacó esta conclusión, contra la que no cabía ninguna duda: PIENSO, LUEGO EXISTO. Obtuvo así la primera verdad absolutamente indubitable, y a partir de ella, investigó otras que fueran tan claras y distintas como ella. En esa frase algunos ven el espíritu de la modernidad, porque en la Edad Media la primera existencia era la de Dios, mientras que ahora parece ser la del Hombre, etc. Pero Descartes era católico y creía firmemente en Dios. La existencia del hombre es la primera verdad solo en el orden del conocer; en el del ser, sigue siendo Dios.
Descartes se dio cuenta de que muchas cosas que creyó que eran verdaderas, resultaron ser falsas; así que se puso a dudar de todas las cosas, porque a lo mejor todas eran falsas. Pero entonces cayó en la cuenta de que no podía dudar de que estaba dudando, o sea de que estaba pensando; y como es imposible pensar sin existir, sacó esta conclusión, contra la que no cabía ninguna duda: PIENSO, LUEGO EXISTO. Obtuvo así la primera verdad absolutamente indubitable, y a partir de ella, investigó otras que fueran tan claras y distintas como ella.
En esa frase algunos ven el espíritu de la modernidad, porque en la Edad Media la primera existencia era la de Dios, mientras que ahora parece ser la del Hombre, etc. Pero Descartes era católico y creía firmemente en Dios. La existencia del hombre es la primera verdad solo en el orden del conocer; en el del ser, sigue siendo Dios.