Si tu hijo se tira al suelo en mitad del supermercado ante una rabieta no reacciones desmesuradamente ni tampoco te enfades, ¿de qué sirve que te irrites? Lo mejor que puedes hacer es no reaccionar ante esa demanda de atención negativa y dejarle claro lo que hay con calma. «Miguel, esas galletas no la vamos a comprar». Y desviar la atención: «Mira, ¿te gusta ese libro? Puedes mirarlo hasta que acabemos la compra». Si la conducta persiste establecer consecuencias: «Miguel, ya sabes que esas galletas no las vamos a comprar, si no quieres leer el cuento puedes escoger otra actividad para esperar, pero si sigues llorando no podremos ir al parque después de la compra porque se nos habrá hecho tarde».
2. Sé positivo
Si cada mañana te levantas pensando que tus hijos se van a pelear o que va a pasar algo malo, sucederá. Las profecías autocumplidas no son un invento, realmente suceden. Si te levantas cada mañana pensando en todo lo bueno que quieres que ocurra, lo atraerás. Esto ocurre también con las etiquetas a los hijos, en lugar de centrarte en su mal comportamiento, céntrate en todo lo bueno que hacen, ¡te sorprenderán!
3. Habla con tus hijos
Tus hijos necesitan entender las cosas y que hables con ellos. En lugar de enfadarte si tardan en vestirse, puedes decirles algo como: «Daros prisa que vamos a llegar tarde al médico, tenemos que salir en cinco minutos». Si les das a tus hijos información se darán cuenta de que sus acciones también son importantes, sentirán responsabilidad y responderán mejor a tus demandas.
4. Preocúpate primero por sus sentimientos
Cuando ocurre algo negativo, antes de reñir a tus hijos por su comportamiento, es necesario que te preocupes por sus sentimientos y saber qué ha ocurrido y por qué. Una vez que tengas esto claro, establece una consecuencia clara y acordada con tu hijo… de este modo podrás saber cómo está afectando a tu hijo y él sentirá la responsabilidad de buscar consecuencias y cumplirlas en caso de que sea necesario (si por ejemplo pega a su hermana, saber por qué ha ocurrido, cómo se siente y buscar una consecuencia acorde como no ver la televisión antes de la cena).5. Sé consistente
No permitas que tu estado de ánimo sea el que discipline a tus hijos. Si un día no permites saltar en la cama a tus hijos porque es algo que no es correcto, pero otro día estás tan cansado/a que te da igual y no quieres discutir, tus hijos se sentirán confundidos. Establece normas claras con consecuencias y aplícalas, dejando tu estado de ánimo a un lado. Tus hijos te lo agradecerán.
6. Sé flexible
En muchas ocasiones los padres nos vemos obligados a ser flexibles ante las normas y no pasa nada. Si estamos en casa de la abuela y no es hora de ver la televisión pero es un momento distendido, ¿por qué no? Si por la mañana tu hijo quiere ponerse un jersey azul en lugar del jersey verde, ¿por qué no? Hay que saber escoger las batallas y ser flexible en cada caso.
7. Déjales claro qué esperas de ellos en cada momento
Los niños necesitan saber qué se espera de ellos en cada momento, y para ello si es necesario no dudes en realizar cuadros de responsabilidad o de comportamiento. Los niños deben saber que deben recoger su dormitorio o que no se salta en el sofá. Pero debes dejarles claro los comportamientos que no son aceptados, siempre desde la calma, la paciencia y el respeto.
Respuesta:
Claves para mejorar el comportamiento
1. No reacciones negativamente
Si tu hijo se tira al suelo en mitad del supermercado ante una rabieta no reacciones desmesuradamente ni tampoco te enfades, ¿de qué sirve que te irrites? Lo mejor que puedes hacer es no reaccionar ante esa demanda de atención negativa y dejarle claro lo que hay con calma. «Miguel, esas galletas no la vamos a comprar». Y desviar la atención: «Mira, ¿te gusta ese libro? Puedes mirarlo hasta que acabemos la compra». Si la conducta persiste establecer consecuencias: «Miguel, ya sabes que esas galletas no las vamos a comprar, si no quieres leer el cuento puedes escoger otra actividad para esperar, pero si sigues llorando no podremos ir al parque después de la compra porque se nos habrá hecho tarde».
2. Sé positivo
Si cada mañana te levantas pensando que tus hijos se van a pelear o que va a pasar algo malo, sucederá. Las profecías autocumplidas no son un invento, realmente suceden. Si te levantas cada mañana pensando en todo lo bueno que quieres que ocurra, lo atraerás. Esto ocurre también con las etiquetas a los hijos, en lugar de centrarte en su mal comportamiento, céntrate en todo lo bueno que hacen, ¡te sorprenderán!
3. Habla con tus hijos
Tus hijos necesitan entender las cosas y que hables con ellos. En lugar de enfadarte si tardan en vestirse, puedes decirles algo como: «Daros prisa que vamos a llegar tarde al médico, tenemos que salir en cinco minutos». Si les das a tus hijos información se darán cuenta de que sus acciones también son importantes, sentirán responsabilidad y responderán mejor a tus demandas.
4. Preocúpate primero por sus sentimientos
Cuando ocurre algo negativo, antes de reñir a tus hijos por su comportamiento, es necesario que te preocupes por sus sentimientos y saber qué ha ocurrido y por qué. Una vez que tengas esto claro, establece una consecuencia clara y acordada con tu hijo… de este modo podrás saber cómo está afectando a tu hijo y él sentirá la responsabilidad de buscar consecuencias y cumplirlas en caso de que sea necesario (si por ejemplo pega a su hermana, saber por qué ha ocurrido, cómo se siente y buscar una consecuencia acorde como no ver la televisión antes de la cena).5. Sé consistente
No permitas que tu estado de ánimo sea el que discipline a tus hijos. Si un día no permites saltar en la cama a tus hijos porque es algo que no es correcto, pero otro día estás tan cansado/a que te da igual y no quieres discutir, tus hijos se sentirán confundidos. Establece normas claras con consecuencias y aplícalas, dejando tu estado de ánimo a un lado. Tus hijos te lo agradecerán.
6. Sé flexible
En muchas ocasiones los padres nos vemos obligados a ser flexibles ante las normas y no pasa nada. Si estamos en casa de la abuela y no es hora de ver la televisión pero es un momento distendido, ¿por qué no? Si por la mañana tu hijo quiere ponerse un jersey azul en lugar del jersey verde, ¿por qué no? Hay que saber escoger las batallas y ser flexible en cada caso.
7. Déjales claro qué esperas de ellos en cada momento
Los niños necesitan saber qué se espera de ellos en cada momento, y para ello si es necesario no dudes en realizar cuadros de responsabilidad o de comportamiento. Los niños deben saber que deben recoger su dormitorio o que no se salta en el sofá. Pero debes dejarles claro los comportamientos que no son aceptados, siempre desde la calma, la paciencia y el respeto.
Explicación: