Tanto la guerra como el Ejército son fundamentales para comprender parte importante de la historia política de América Latina. Durante el siglo XIX la mayoría de los Estados nación surgieron en los fragores de una guerra, sus caudillos militares fueron actores fundamentales en el juego político y las guerras -civiles y externas- marcaron los contornos de sus embrionarias formaciones estatales. El conocimiento de la historia del Ejército en la región resulta entonces fundamental. Y si bien los estudios sobre el Ejército y los militares desde la década de 1970 estuvieron dirigidos principalmente a indagar acerca del impacto de las relaciones cívico-militares en la consolidación de la democracia durante el siglo XX, en las últimas dos décadas se ha producido un renovado interés por el estudio de los militares decimonónicos.1
Para el caso peruano, la centralidad del Ejército en la historia republicana contrasta con la reducida historiografía dedicada a él. Hasta no hace mucho, dicha historiografía estuvo dominada por la historia militar, representada paradigmáticamente por Carlos Dellepiane.2 Salvo las señeras reflexiones de Jorge Basadre y Víctor Villanueva, no se disponía de estudios sociales del Ejército decimonónico.3 No obstante, desde finales de la década de 1990 el renovado interés por el estudio de la cultura política en el siglo XIX ha llevado a una mayor apertura para investigar a los militares como actores políticos relevantes.4
Respuesta:
jejje
Explicación:
Tanto la guerra como el Ejército son fundamentales para comprender parte importante de la historia política de América Latina. Durante el siglo XIX la mayoría de los Estados nación surgieron en los fragores de una guerra, sus caudillos militares fueron actores fundamentales en el juego político y las guerras -civiles y externas- marcaron los contornos de sus embrionarias formaciones estatales. El conocimiento de la historia del Ejército en la región resulta entonces fundamental. Y si bien los estudios sobre el Ejército y los militares desde la década de 1970 estuvieron dirigidos principalmente a indagar acerca del impacto de las relaciones cívico-militares en la consolidación de la democracia durante el siglo XX, en las últimas dos décadas se ha producido un renovado interés por el estudio de los militares decimonónicos.1
Para el caso peruano, la centralidad del Ejército en la historia republicana contrasta con la reducida historiografía dedicada a él. Hasta no hace mucho, dicha historiografía estuvo dominada por la historia militar, representada paradigmáticamente por Carlos Dellepiane.2 Salvo las señeras reflexiones de Jorge Basadre y Víctor Villanueva, no se disponía de estudios sociales del Ejército decimonónico.3 No obstante, desde finales de la década de 1990 el renovado interés por el estudio de la cultura política en el siglo XIX ha llevado a una mayor apertura para investigar a los militares como actores políticos relevantes.4