Recuerda que menos es más. Tu presentación no debe ser muy larga si quieres que sea inolvidable. Esto debido a que tus oyentes no pueden mantener la atención por un tiempo muy prolongado. De acuerdo con varios estudios, se estima que la retención de la atención no es óptima después de los 18 minutos. Steve Jobs, fundador de Apple, hacía presentaciones de hora y media, pero integraba algunos recesos en estas.
Si tu tema es muy largo divídelo en bloques de 10 a 20 minutos. De ser posible cambia de ponente en cada bloque.
2. Concisión
Cuando trabajes en una presentación asegúrate de que sea simple y visualmente rica. Intenta reducir el número de diapositivas con solo algunas viñetas. El cerebro no es capaz de leer y escuchar con efectividad al mismo tiempo.
La atención de tu público estará constantemente dividida entre ti y la presentación si tiene mucho texto. Recordará menos y se cansará más rápido. Por consiguiente estará menos entretenido. Cada diapositiva o sección de tu presentación debe apoyar una sola idea.
3. Confianza
Cuando das tus primeras presentaciones resulta difícil sentirse confiado; sin embargo, es un elemento esencial para comunicar el objetivo de tu presentación a tu audiencia.
Si no te sientes seguro, prepárate, práctica varias veces y corrige lo que consideres que esté fuera de lugar o es innecesario mencionar. Una actitud correcta puede marcar la diferencia entre una presentación que todos recordarán o una que quedará en el olvido.
4. Pasión
Mantener al público cautivo no es tarea fácil, especialmente en el mundo de los negocios. La información es importante, sin duda, pero puede ser un tanto tediosa. Es tu trabajo darle un poco de vida y entusiasmo al momento de presentarla.
Si hablas apasionada y elocuentemente sobre un tema te ayudará a mantener la atención de tu público y quizás encender esa misma pasión en él.
5. Investigación
Antes de comenzar tu presentación debes aprender lo más que puedas sobre el tema que vas a exponer. De preferencia tienes que convertirte en un experto en lo que hablas. Esto también te inyectará seguridad.
Al menos debes lograr que tu público tenga la certeza de que sabes de lo que hablas. Una forma de medirlo es que seas capaz de hablar largo y tendido de ese tema sin necesidad de preparar una presentación.
No importa cuánto lo practiques: la audiencia siempre distinguirá la diferencia entre alguien que sabe del tema y alguien que solo está repitiendo datos.
6. Claridad
Una presentación está hecha con el único fin de transmitir un mensaje de manera eficiente. Puedes incluir en tu presentación todos los elementos anteriores; no obstante, si tu audiencia se va sin entender el mensaje que querías transmitir ¡es una prueba no superada!
Respuesta:
1. Brevedad
Recuerda que menos es más. Tu presentación no debe ser muy larga si quieres que sea inolvidable. Esto debido a que tus oyentes no pueden mantener la atención por un tiempo muy prolongado. De acuerdo con varios estudios, se estima que la retención de la atención no es óptima después de los 18 minutos. Steve Jobs, fundador de Apple, hacía presentaciones de hora y media, pero integraba algunos recesos en estas.
Si tu tema es muy largo divídelo en bloques de 10 a 20 minutos. De ser posible cambia de ponente en cada bloque.
2. Concisión
Cuando trabajes en una presentación asegúrate de que sea simple y visualmente rica. Intenta reducir el número de diapositivas con solo algunas viñetas. El cerebro no es capaz de leer y escuchar con efectividad al mismo tiempo.
La atención de tu público estará constantemente dividida entre ti y la presentación si tiene mucho texto. Recordará menos y se cansará más rápido. Por consiguiente estará menos entretenido. Cada diapositiva o sección de tu presentación debe apoyar una sola idea.
3. Confianza
Cuando das tus primeras presentaciones resulta difícil sentirse confiado; sin embargo, es un elemento esencial para comunicar el objetivo de tu presentación a tu audiencia.
Si no te sientes seguro, prepárate, práctica varias veces y corrige lo que consideres que esté fuera de lugar o es innecesario mencionar. Una actitud correcta puede marcar la diferencia entre una presentación que todos recordarán o una que quedará en el olvido.
4. Pasión
Mantener al público cautivo no es tarea fácil, especialmente en el mundo de los negocios. La información es importante, sin duda, pero puede ser un tanto tediosa. Es tu trabajo darle un poco de vida y entusiasmo al momento de presentarla.
Si hablas apasionada y elocuentemente sobre un tema te ayudará a mantener la atención de tu público y quizás encender esa misma pasión en él.
5. Investigación
Antes de comenzar tu presentación debes aprender lo más que puedas sobre el tema que vas a exponer. De preferencia tienes que convertirte en un experto en lo que hablas. Esto también te inyectará seguridad.
Al menos debes lograr que tu público tenga la certeza de que sabes de lo que hablas. Una forma de medirlo es que seas capaz de hablar largo y tendido de ese tema sin necesidad de preparar una presentación.
No importa cuánto lo practiques: la audiencia siempre distinguirá la diferencia entre alguien que sabe del tema y alguien que solo está repitiendo datos.
6. Claridad
Una presentación está hecha con el único fin de transmitir un mensaje de manera eficiente. Puedes incluir en tu presentación todos los elementos anteriores; no obstante, si tu audiencia se va sin entender el mensaje que querías transmitir ¡es una prueba no superada!
Explicación: