Bajo el Régimen de benito Mussolini, posterior a la Segunda Guerra Mundial. quiso capitalizar el sentimiento de insatisfacción que se apoderó de la sociedad italiana tras el fin de la contienda, debido a que Italia había obtenido muy pocas ventajas territoriales y económicas en el Tratado de Versalles, pese a las grandes promesas de Francia y Gran Bretaña con las cuales se había estimulado la participación italiana en la contienda. Ese descontento se manifestó en continuas huelgas y protestas de obreros y campesinos a los cuales se unían veteranos retornados del frente de guerra, ante lo cual Mussolini empezó haciendo un llamamiento a la lucha contra los partidos de izquierdas, a los que señaló como culpables del descalabro social.
Bajo el Régimen de benito Mussolini, posterior a la Segunda Guerra Mundial. quiso capitalizar el sentimiento de insatisfacción que se apoderó de la sociedad italiana tras el fin de la contienda, debido a que Italia había obtenido muy pocas ventajas territoriales y económicas en el Tratado de Versalles, pese a las grandes promesas de Francia y Gran Bretaña con las cuales se había estimulado la participación italiana en la contienda. Ese descontento se manifestó en continuas huelgas y protestas de obreros y campesinos a los cuales se unían veteranos retornados del frente de guerra, ante lo cual Mussolini empezó haciendo un llamamiento a la lucha contra los partidos de izquierdas, a los que señaló como culpables del descalabro social.