Las densidades demográficas y sus problemas En sentido general, puede decirse que las mayores y grandes densidades de población de las grandes ciudades del mundo, presentan problemas distintos y hasta opuestos a los de las zonas rurales de emigración. Si en las ciudades se agudizan día a día los problemas urbanos típicos (vivienda, transporte, fuentes de trabajo, servicios urbanos, seguridad ciudadana, marginalidad, etc.), en el medio rural no se pueden desarrollar proyectos de desarrollo económico o de infraestructura por falta o escasez de mano de obra. En un libro de Ester Boserup3 se señala que con el aumento de la población y de la producción agrícola, la concentración de la población en centros urbanos resulta prácticamente inevitable. Boserup también señala que el cambio tecnológico de la agricultura se produce al llegar a un punto crítico la tasa de densidad de población con lo cual, no solo aumenta la concentración demográfica en las ciudades, sino que se modifica también la situación en el campo con el desarrollo técnico, el aumento de la producción y, sobre todo, la diversificación de la economía, con el inicio y crecimiento de empresas industriales y de servicios. La diferencia entre las dos opciones marca un proceso de cambio a nivel mundial que se ha venido produciendo en los pasados 100 a 150 años: la disminución de la población campesina por el éxodo rural obliga a los agricultores que quedan a adquirir más tierras (las de los emigrantes) que tendrán que poner a trabajar con el empleo de una mayor cantidad de máquinas (aumento del capital) y sobre todo, también los obligan a un cambio en los tipos de cultivo que les permitan una mayor productividad y un rendimiento por hectárea más elevado.
Las densidades demográficas y sus problemas En sentido general, puede decirse que las mayores y grandes densidades de población de las grandes ciudades del mundo, presentan problemas distintos y hasta opuestos a los de las zonas rurales de emigración. Si en las ciudades se agudizan día a día los problemas urbanos típicos (vivienda, transporte, fuentes de trabajo, servicios urbanos, seguridad ciudadana, marginalidad, etc.), en el medio rural no se pueden desarrollar proyectos de desarrollo económico o de infraestructura por falta o escasez de mano de obra. En un libro de Ester Boserup3 se señala que con el aumento de la población y de la producción agrícola, la concentración de la población en centros urbanos resulta prácticamente inevitable. Boserup también señala que el cambio tecnológico de la agricultura se produce al llegar a un punto crítico la tasa de densidad de población con lo cual, no solo aumenta la concentración demográfica en las ciudades, sino que se modifica también la situación en el campo con el desarrollo técnico, el aumento de la producción y, sobre todo, la diversificación de la economía, con el inicio y crecimiento de empresas industriales y de servicios. La diferencia entre las dos opciones marca un proceso de cambio a nivel mundial que se ha venido produciendo en los pasados 100 a 150 años: la disminución de la población campesina por el éxodo rural obliga a los agricultores que quedan a adquirir más tierras (las de los emigrantes) que tendrán que poner a trabajar con el empleo de una mayor cantidad de máquinas (aumento del capital) y sobre todo, también los obligan a un cambio en los tipos de cultivo que les permitan una mayor productividad y un rendimiento por hectárea más elevado.