Las personalidades de la Biblia, y especialmente Dios, han sido comprendidas y consideradas siempre por el prisma de la mente humana limitada, y por su capacidad interpretativa de la época en que vivían.
Las personalidades de la Biblia, y especialmente Dios, han sido comprendidas y consideradas siempre por el prisma de la mente humana limitada, y por su capacidad interpretativa de la época en que vivían.Nuestra era científica es una etapa en que la raza humana ha llegado a la madurez intelectual. Implica la pérdida de aquellas ilusiones confortantes que, en la niñez, nos protegían contra las rudas realidades del mundo en el cual nacimos. Tanto para un pueblo como para el individuo, el proceso de crecer es siempre penoso. Como Proverbios y Eclesiastés, el devastador pensador existencialista de los tiempos del Antiguo Testamento, donde Salomón lo veía tan claramente: "Entender los consejos prudentes, y recibir la buena doctrina, la justicia, la rectitud y la equidad"; "En la mucha sabiduría hay molestia; y quien añade ciencia, añade dolor".
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Las personalidades de la Biblia, y especialmente Dios, han sido comprendidas y consideradas siempre por el prisma de la mente humana limitada, y por su capacidad interpretativa de la época en que vivían.
Las personalidades de la Biblia, y especialmente Dios, han sido comprendidas y consideradas siempre por el prisma de la mente humana limitada, y por su capacidad interpretativa de la época en que vivían.Nuestra era científica es una etapa en que la raza humana ha llegado a la madurez intelectual. Implica la pérdida de aquellas ilusiones confortantes que, en la niñez, nos protegían contra las rudas realidades del mundo en el cual nacimos. Tanto para un pueblo como para el individuo, el proceso de crecer es siempre penoso. Como Proverbios y Eclesiastés, el devastador pensador existencialista de los tiempos del Antiguo Testamento, donde Salomón lo veía tan claramente: "Entender los consejos prudentes, y recibir la buena doctrina, la justicia, la rectitud y la equidad"; "En la mucha sabiduría hay molestia; y quien añade ciencia, añade dolor".