Respuesta: La Revolución Cubana y, sobre todo, su rápida radicalización comunista, produjo una fractura del espacio literario cubano, que persiste hasta hoy. En más de medio siglo, cuatro generaciones de escritores cubanos, de probada calidad, se han afincado en diversas ciudades de Estados Unidos, Europa y América Latina. Desde Gastón Baquero hasta los más jóvenes poetas cubanos, residentes en Madrid o Nueva York, Barcelona o Ciudad de México, Miami o París, el exilio literario cubano ha crecido a la par de la literatura producida en la isla. A diferencia de lo que sucedía en las primeras décadas de la Revolución, cuando predominaba la polarización ideológica y la discordancia estética, hoy las literaturas de la isla y la diáspora se parecen cada vez más y, sin embargo, siguen divididas políticamente. Esa división sería saludable, si no contribuyera con tanta persistencia a la invisibilidad de una u otra frontera del mismo campo intelectual. La circulación editorial de esas literaturas sigue siendo muy precaria, a pesar de la globalización. La historia de la literatura cubana de 1959 en adelante no puede narrarse sin el legado cada vez más tangible de la narrativa, la poesía y el ensayo escritos fuera de la isla
Respuesta: La Revolución Cubana y, sobre todo, su rápida radicalización comunista, produjo una fractura del espacio literario cubano, que persiste hasta hoy. En más de medio siglo, cuatro generaciones de escritores cubanos, de probada calidad, se han afincado en diversas ciudades de Estados Unidos, Europa y América Latina. Desde Gastón Baquero hasta los más jóvenes poetas cubanos, residentes en Madrid o Nueva York, Barcelona o Ciudad de México, Miami o París, el exilio literario cubano ha crecido a la par de la literatura producida en la isla. A diferencia de lo que sucedía en las primeras décadas de la Revolución, cuando predominaba la polarización ideológica y la discordancia estética, hoy las literaturas de la isla y la diáspora se parecen cada vez más y, sin embargo, siguen divididas políticamente. Esa división sería saludable, si no contribuyera con tanta persistencia a la invisibilidad de una u otra frontera del mismo campo intelectual. La circulación editorial de esas literaturas sigue siendo muy precaria, a pesar de la globalización. La historia de la literatura cubana de 1959 en adelante no puede narrarse sin el legado cada vez más tangible de la narrativa, la poesía y el ensayo escritos fuera de la isla
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