La idea de unir a los países de América Latina y del Caribe en un solo bloque económico, político y social, para hacer frente a las intenciones colonialistas o imperialistas de los países poderosos, es un sueño que se gesta en el continente desde el mismo momento en que nuestros ancestros decidieron luchar por la independencia y la libertad de nuestros pueblos.
Podríamos mencionar los esfuerzos de San Martín, O`Higgins, Artigas, Cecilio del Valle, Morazán y Bolívar, nuestro Libertador, quien ya en el año 1812 señalaba, en el Manifiesto de Cartagena: "Yo soy del sentir y del pensar que mientras no centralicemos nuestros gobiernos americanos, nuestros enemigos obtendrán las ventajas más completas; seremos envueltos indefectiblemente en los horrores de las disensiones civiles y conquistados vilipendiosamente por ese puñado de bandidos que infectan nuestras comarcas".
Es bastante simbólico que la cita antes mencionada sea extraída del documento político escrito por Bolívar en la ciudad de Cartagena de Indias (Colombia), primera provincia del Reino de Nueva Granada en proclamar su total separación del régimen español. En lo que es considerado su primer gran documento político, el Libertador demuestra una extraordinaria visión y comprensión de la realidad internacional que se cernía sobre todo el continente, vigente aún en nuestros días.
El pensamiento de Bolívar ha sido y es el punto de referencia para todos los intentos de integración en América Latina. En todas las etapas de su pensamiento encontramos, inalterables, dos elementos:
1) La necesidad de la unidad frente a los peligros que amenazaban a las recientes repúblicas. (Es así como en carta al General Santander denomina el Congreso de Panamá como Liga Santa, en contraposición a la Santa Alianza).
2) La conveniencia de contar con mecanismos propios para resolver eventuales disputas entre nuestras naciones.
La idea de unir a los países de América Latina y del Caribe en un solo bloque económico, político y social, para hacer frente a las intenciones colonialistas o imperialistas de los países poderosos, es un sueño que se gesta en el continente desde el mismo momento en que nuestros ancestros decidieron luchar por la independencia y la libertad de nuestros pueblos.
Podríamos mencionar los esfuerzos de San Martín, O`Higgins, Artigas, Cecilio del Valle, Morazán y Bolívar, nuestro Libertador, quien ya en el año 1812 señalaba, en el Manifiesto de Cartagena: "Yo soy del sentir y del pensar que mientras no centralicemos nuestros gobiernos americanos, nuestros enemigos obtendrán las ventajas más completas; seremos envueltos indefectiblemente en los horrores de las disensiones civiles y conquistados vilipendiosamente por ese puñado de bandidos que infectan nuestras comarcas".
Es bastante simbólico que la cita antes mencionada sea extraída del documento político escrito por Bolívar en la ciudad de Cartagena de Indias (Colombia), primera provincia del Reino de Nueva Granada en proclamar su total separación del régimen español. En lo que es considerado su primer gran documento político, el Libertador demuestra una extraordinaria visión y comprensión de la realidad internacional que se cernía sobre todo el continente, vigente aún en nuestros días.
El pensamiento de Bolívar ha sido y es el punto de referencia para todos los intentos de integración en América Latina. En todas las etapas de su pensamiento encontramos, inalterables, dos elementos:
1) La necesidad de la unidad frente a los peligros que amenazaban a las recientes repúblicas. (Es así como en carta al General Santander denomina el Congreso de Panamá como Liga Santa, en contraposición a la Santa Alianza).
2) La conveniencia de contar con mecanismos propios para resolver eventuales disputas entre nuestras naciones.
ESPERO TE SIRVA..!!