la principal isla de Grecia y también una de las más meridionales de ese país. Representa una de las fronteras simbólicas entre Oriente y Occidente. Localizada a equidistancia entre Europa, Asia y África, la isla ocupa una posición geográfica que le confiere una rica historia mientras que su posición estratégica le ha valido el ser terreno de numerosos conflictos entre pueblos en el contexto del control del mar Mediterráneo. La isla es un punto de cruce entre Europa y Asia Menor, Europa y el Oriente Próximo, así como entre Europa y África.
Uno de los frescos del palacio de Cnosos. Civilización minoica.
Parte integral de Grecia en la actualidad, Creta no formó parte de esta sino hasta 1913. Habitada desde el Paleolítico, Creta fue la cuna de la civilización minoica que dominó el Mediterráneo oriental desde el IV hasta el I milenio a. C., antes de derrumbarse ante el florecimiento de la Grecia continental.
Cuando Roma dirigió sus intereses hacia el Oriente, la isla formó parte de una etapa de expansión del Imperio romano. Tras la partición del Imperio, Creta se integró al Imperio de Oriente. Fue sucesivamente bizantina, árabe en el siglo IX, veneciana tras la Cuarta Cruzada y la partición del Imperio bizantino entre los reinos francos. Creta estuvo entonces dividida entre la ocupación latina y la herencia bizantina, y su posición fue estratégica para la defensa del comercio veneciano en el Mediterráneo.
En todas las etapas de su historia, la isla ha sido objeto de la codicia de los piratas, que hicieron de ella una base para sus correrías. Los actos de piratería y la amenaza que ello significaba para el comercio mediterráneo fue frecuentemente el pretexto para la intervención y ocupación en la isla por parte de diferentes pueblos que tenían intereses en ella.
Creta pasó bajo el dominio otomano durante el siglo XVI. Su historia ha estado marcada por rebeliones del pueblo cretense contra sus diferentes ocupantes. Estas rebeliones fueron más frecuentes en el transcurso de los tres siglos de ocupación otomana, y en particular durante el siglo XIX. Creta logró desligarse de la tutela turca desde 1897, pero no se integró a Grecia sino hasta 1913.
Fue teatro de enfrentamientos durante la Segunda Guerra Mundial, además de ser una de las regiones griegas ocupadas por Alemania durante la repartición de Grecia entre Alemania, Italia y Bulgaria.
Creta ha sido desde hace bastante tiempo una tierra de emigración, padeciendo de un éxodo rural. El auge del turismo desde la década de 1970 ha aportado cierto repunte económico.
Explicación:
la principal isla de Grecia y también una de las más meridionales de ese país. Representa una de las fronteras simbólicas entre Oriente y Occidente. Localizada a equidistancia entre Europa, Asia y África, la isla ocupa una posición geográfica que le confiere una rica historia mientras que su posición estratégica le ha valido el ser terreno de numerosos conflictos entre pueblos en el contexto del control del mar Mediterráneo. La isla es un punto de cruce entre Europa y Asia Menor, Europa y el Oriente Próximo, así como entre Europa y África.
Uno de los frescos del palacio de Cnosos. Civilización minoica.
Parte integral de Grecia en la actualidad, Creta no formó parte de esta sino hasta 1913. Habitada desde el Paleolítico, Creta fue la cuna de la civilización minoica que dominó el Mediterráneo oriental desde el IV hasta el I milenio a. C., antes de derrumbarse ante el florecimiento de la Grecia continental.
Cuando Roma dirigió sus intereses hacia el Oriente, la isla formó parte de una etapa de expansión del Imperio romano. Tras la partición del Imperio, Creta se integró al Imperio de Oriente. Fue sucesivamente bizantina, árabe en el siglo IX, veneciana tras la Cuarta Cruzada y la partición del Imperio bizantino entre los reinos francos. Creta estuvo entonces dividida entre la ocupación latina y la herencia bizantina, y su posición fue estratégica para la defensa del comercio veneciano en el Mediterráneo.
En todas las etapas de su historia, la isla ha sido objeto de la codicia de los piratas, que hicieron de ella una base para sus correrías. Los actos de piratería y la amenaza que ello significaba para el comercio mediterráneo fue frecuentemente el pretexto para la intervención y ocupación en la isla por parte de diferentes pueblos que tenían intereses en ella.
Creta pasó bajo el dominio otomano durante el siglo XVI. Su historia ha estado marcada por rebeliones del pueblo cretense contra sus diferentes ocupantes. Estas rebeliones fueron más frecuentes en el transcurso de los tres siglos de ocupación otomana, y en particular durante el siglo XIX. Creta logró desligarse de la tutela turca desde 1897, pero no se integró a Grecia sino hasta 1913.
Fue teatro de enfrentamientos durante la Segunda Guerra Mundial, además de ser una de las regiones griegas ocupadas por Alemania durante la repartición de Grecia entre Alemania, Italia y Bulgaria.
Creta ha sido desde hace bastante tiempo una tierra de emigración, padeciendo de un éxodo rural. El auge del turismo desde la década de 1970 ha aportado cierto repunte económico.