Hacer chocar entre si todos los átomos a una velocidad del 99.999% de la velocidad de la luz (la máxima velocidad que alcanzan las partículas en el LHC) podría hacer que algunos núcleos se fusionasen pero no formarían ningún elemento “monstruoso”. Más probablemente se unirían en un plasma de quark-gluones, la materia teórica que existió justo antes de que se formase el universo. Suponiendo que contásemos con 118 LHCs para accelerar cada uno de los elementos, el plasma resultante solo duraría una fracción de segundo, tras lo cual se degradaría.
Hacer chocar entre si todos los átomos a una velocidad del 99.999% de la velocidad de la luz (la máxima velocidad que alcanzan las partículas en el LHC) podría hacer que algunos núcleos se fusionasen pero no formarían ningún elemento “monstruoso”. Más probablemente se unirían en un plasma de quark-gluones, la materia teórica que existió justo antes de que se formase el universo. Suponiendo que contásemos con 118 LHCs para accelerar cada uno de los elementos, el plasma resultante solo duraría una fracción de segundo, tras lo cual se degradaría.