en serio te ponen esas preguntas? A diferencia de las tortugas marinas, que están obligadas a encontrar ellas solas su camino hacia el mar una vez salen del huevo, los pequeños cocodrilos necesitan de sus madres para dar sus primeros pasos en el nuevo mundo al que acaban de llegar. Justo antes de eclosionar, emiten unos sonidos desde el interior del cascarón. La madre, que permanece cerca del nido durante todo el periodo de incubación, los oye y procede a desenterrar el nido para que sus crías puedan salir. Algunas especies de cocodrilos, como es el caso del cocodrilo de Johnston (Crocodylus johnstoni) llegan incluso a ayudarles a romper el cascarón. Las crías, por su parte, poseen una estructura dura y puntiaguda, localizada en su hocico, que se denomina “diente de huevo”. Lo utilizan para romper la cáscara desde dentro. Cuando los pequeños cocodrilos logran evacuar el huevo, son llevados al agua en la boca de su madre.
Aunque los cocodrilos bebés necesitan la colaboración de su progenitora para salir del cascarón, son muy independientes una vez eclosionan los huevos y saben caminar, nadar y desenvolverse con soltura. Aun así, abren los ojos a un mundo lleno de depredadores: los grandes carnívoros acechan los nidos de cocodrilo para devorar a las crías y, a pesar de los esfuerzos de su madre por protegerlos, la tasa de mortalidad de los neonatos es muy alta y llega a alcanzar el 99 % en algunas especies.
La elevada tasa de mortalidad de los cocodrilos recién nacidos es uno de los motivos por los que algunas especies de cocodrilo, como el cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius), el cocodrilo cubano (Crocodylus rhombifer) o el cocodrilo de Filipinas (Crocodylus mindorensis), se encuentran en grave peligro de extinción. Sus crías sufren un alto grado de depredación, tanto por parte de otros animales como de humanos. Estos pequeños cocodrilos son frecuentemente sacrificados en su nido para impedir la reproducción de un animal que se considera un peligro para el ser humano. A medida que crecen, corren el riesgo de convertirse en la materia prima con la que se fabrican “glamurosos” accesorios como cinturones, bolsos y zapatos de piel de cocodrilo, o ser víctimas de cazadores que pagan safaris guiados para acecharles por diversión. Aunque la caza de las especies más amenazadas esté prohibida, continúa practicándose la matanza ilegal de cocodrilos, ya que sigue existiendo demanda para la carne de cocodrilo o artículos elaborados con su pellejo. Es necesario que nuestra sociedad aprenda a prescindir de sus caprichos y denunciar estos crímenes, para que más diminutos cocodrilos recién nacidos tengan la oportunidad de crecer y convertirse en los formidables animales que están destinados a ser.
Verified answer
Respuesta:pos se queda sola
Explicación:
tratara de sobrevivir y cuidar a su cria
Respuesta:
en serio te ponen esas preguntas? A diferencia de las tortugas marinas, que están obligadas a encontrar ellas solas su camino hacia el mar una vez salen del huevo, los pequeños cocodrilos necesitan de sus madres para dar sus primeros pasos en el nuevo mundo al que acaban de llegar. Justo antes de eclosionar, emiten unos sonidos desde el interior del cascarón. La madre, que permanece cerca del nido durante todo el periodo de incubación, los oye y procede a desenterrar el nido para que sus crías puedan salir. Algunas especies de cocodrilos, como es el caso del cocodrilo de Johnston (Crocodylus johnstoni) llegan incluso a ayudarles a romper el cascarón. Las crías, por su parte, poseen una estructura dura y puntiaguda, localizada en su hocico, que se denomina “diente de huevo”. Lo utilizan para romper la cáscara desde dentro. Cuando los pequeños cocodrilos logran evacuar el huevo, son llevados al agua en la boca de su madre.
Aunque los cocodrilos bebés necesitan la colaboración de su progenitora para salir del cascarón, son muy independientes una vez eclosionan los huevos y saben caminar, nadar y desenvolverse con soltura. Aun así, abren los ojos a un mundo lleno de depredadores: los grandes carnívoros acechan los nidos de cocodrilo para devorar a las crías y, a pesar de los esfuerzos de su madre por protegerlos, la tasa de mortalidad de los neonatos es muy alta y llega a alcanzar el 99 % en algunas especies.
La elevada tasa de mortalidad de los cocodrilos recién nacidos es uno de los motivos por los que algunas especies de cocodrilo, como el cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius), el cocodrilo cubano (Crocodylus rhombifer) o el cocodrilo de Filipinas (Crocodylus mindorensis), se encuentran en grave peligro de extinción. Sus crías sufren un alto grado de depredación, tanto por parte de otros animales como de humanos. Estos pequeños cocodrilos son frecuentemente sacrificados en su nido para impedir la reproducción de un animal que se considera un peligro para el ser humano. A medida que crecen, corren el riesgo de convertirse en la materia prima con la que se fabrican “glamurosos” accesorios como cinturones, bolsos y zapatos de piel de cocodrilo, o ser víctimas de cazadores que pagan safaris guiados para acecharles por diversión. Aunque la caza de las especies más amenazadas esté prohibida, continúa practicándose la matanza ilegal de cocodrilos, ya que sigue existiendo demanda para la carne de cocodrilo o artículos elaborados con su pellejo. Es necesario que nuestra sociedad aprenda a prescindir de sus caprichos y denunciar estos crímenes, para que más diminutos cocodrilos recién nacidos tengan la oportunidad de crecer y convertirse en los formidables animales que están destinados a ser.