jairogil
Cuando nos morimos nos vamos al cielo si hacemos cosas buenas pero si vamos a hacer cosas malas nos vamos al infierno donde hay todo es sufrimiento
En nuestras series sobre el dualismo, hemos estado viendo la evidencia bíblica y filosófica para la existencia del mundo espiritual invisible. Hemos estado haciéndolo, porque como cristianos, creemos que hay dos realidades: la visible, el mundo material en el que vivimos, y la invisible, la realidad inmaterial y espiritual que es una parte integral de lo que somos. Creemos que hay cuerpos y hay almas; hay cerebros y hay mentes, hay un mundo material y un reino espiritual. Y como parte de este sistema de creencias, también aceptamos la realidad de una vida después de esta; una vida que sobrepasa la existencia material y temporal que ahora entendemos tan bien. Parte del por qué creemos en esto, puede ser encontrado en nuestro examen de la evidencia filosófica sobre las almas (ver “¿Hay alguna evidencia sobre la existencia del alma?”). Pero desde luego, nuestro simple razonamiento humano solo nos traerá hasta aquí, y finalmente confiamos en la Palabra de Dios para encontrar la verdad acerca de la naturaleza eterna e inmortal del alma (ver ”¿Qué dice la Biblia acerca del alma?”)
Como cristianos, creemos que al momento de la muerte, nuestros cuerpos mueren, pero nuestras almas son inmortales y viven más allá de la tumba. La separación del cuerpo y el alma es una trágica realidad para nosotros como humanos, porque Díos no nos diseñó para estar divididos de esta manera. Fuimos diseñados como ALMAS VIVIENTES; cuerpos animados por almas y destinados para experimentar una vida plena de manera integral. Es importante recordar aquí, que nuestros cuerpos no son la esencia de lo que somos. Nuestra identidad personal reside en nuestra alma y nuestras almas sobreviven a la muerte de nuestros cuerpos. De acuerdo a esta realidad, es natural que pensemos acerca de lo que sucede a nuestras almas después de la muerte. ¿Qué sucede con ‘nosotros’ cuando nuestros cuerpos son dejados atrás en la tumba?
¿Es razonable la idea de una vida después de la muerte?
Hombres y mujeres han estado pensando acerca de esta idea de una vida futura desde el principio de los tiempos. Es importante que examinemos la Palabra de Dios para ver lo que nos dice acerca de la experiencia que tendremos cuando muramos. Pero antes de hacerlo, pensemos seriamente por un m. Se permite reproducir este recurso, siempre y cuando no se ven
¿Qué le sucede a nuestra alma cuando morimos?
A dónde va el alma?
¿Qué le sucede al alma y al cuerpo?
En nuestras series sobre el dualismo, hemos estado viendo la evidencia bíblica y filosófica para la existencia del mundo espiritual invisible. Hemos estado haciéndolo, porque como cristianos, creemos que hay dos realidades: la visible, el mundo material en el que vivimos, y la invisible, la realidad inmaterial y espiritual que es una parte integral de lo que somos. Creemos que hay cuerpos y hay almas; hay cerebros y hay mentes, hay un mundo material y un reino espiritual. Y como parte de este sistema de creencias, también aceptamos la realidad de una vida después de esta; una vida que sobrepasa la existencia material y temporal que ahora entendemos tan bien. Parte del por qué creemos en esto, puede ser encontrado en nuestro examen de la evidencia filosófica sobre las almas (ver “¿Hay alguna evidencia sobre la existencia del alma?”). Pero desde luego, nuestro simple razonamiento humano solo nos traerá hasta aquí, y finalmente confiamos en la Palabra de Dios para encontrar la verdad acerca de la naturaleza eterna e inmortal del alma (ver ”¿Qué dice la Biblia acerca del alma?”)
Como cristianos, creemos que al momento de la muerte, nuestros cuerpos mueren, pero nuestras almas son inmortales y viven más allá de la tumba. La separación del cuerpo y el alma es una trágica realidad para nosotros como humanos, porque Díos no nos diseñó para estar divididos de esta manera. Fuimos diseñados como ALMAS VIVIENTES; cuerpos animados por almas y destinados para experimentar una vida plena de manera integral. Es importante recordar aquí, que nuestros cuerpos no son la esencia de lo que somos. Nuestra identidad personal reside en nuestra alma y nuestras almas sobreviven a la muerte de nuestros cuerpos. De acuerdo a esta realidad, es natural que pensemos acerca de lo que sucede a nuestras almas después de la muerte. ¿Qué sucede con ‘nosotros’ cuando nuestros cuerpos son dejados atrás en la tumba?
¿Es razonable la idea de una vida después de la muerte?
Hombres y mujeres han estado pensando acerca de esta idea de una vida futura desde el principio de los tiempos. Es importante que examinemos la Palabra de Dios para ver lo que nos dice acerca de la experiencia que tendremos cuando muramos. Pero antes de hacerlo, pensemos seriamente por un m. Se permite reproducir este recurso, siempre y cuando no se ven