Esto puede resultar chocante para mucha gente que no termina de entender en qué se puede fundar este interés. Sin embargo, la formación filosófica ofrece unas capacidades muy valiosas para las empresas tecnológicas y, en general, para el desarrollo que viven actualmente la ciencia y la tecnología, por los siguientes motivos:
Ofrece conocimientos concretos sobre lógica, filosofía de la matemática, teoría del conocimiento, antropología, retórica, argumentación, redacción… así como capacidad de enfrentarse a problemas y textos complejos.
Favorece el razonamiento abstracto, que permite, por una parte, analizar información compleja que se recibe en un discurso unitario y, por otra, hacer el ejercicio contrario, integrar en un discurso con sentido una multitud de datos que recibimos a diario de manera fragmentada, de muy diversas fuentes y ramas del saber.
Fomenta el espíritu crítico y el hábito de detenerse a pensar por uno mismo con profundidad, caracterizado por la capacidad de formular las preguntas correctas ante situaciones nuevas.
Educa en la cada vez más escasa y necesaria capacidad de diálogo, que implica la toma de conciencia por parte del dialogante de ser nada más y nada menos que un punto de vista. Se gana así apertura a la novedad y a su posterior examen personal.
Genera una sensibilidad ética especial, derivada del conocimiento y la reflexión acerca de las diversas propuestas éticas que han ofrecido los filósofos a lo largo de la historia.
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Ofrece conocimientos concretos sobre lógica, filosofía de la matemática, teoría del conocimiento, antropología, retórica, argumentación, redacción… así como capacidad de enfrentarse a problemas y textos complejos.
Favorece el razonamiento abstracto, que permite, por una parte, analizar información compleja que se recibe en un discurso unitario y, por otra, hacer el ejercicio contrario, integrar en un discurso con sentido una multitud de datos que recibimos a diario de manera fragmentada, de muy diversas fuentes y ramas del saber.
Fomenta el espíritu crítico y el hábito de detenerse a pensar por uno mismo con profundidad, caracterizado por la capacidad de formular las preguntas correctas ante situaciones nuevas.
Educa en la cada vez más escasa y necesaria capacidad de diálogo, que implica la toma de conciencia por parte del dialogante de ser nada más y nada menos que un punto de vista. Se gana así apertura a la novedad y a su posterior examen personal.
Genera una sensibilidad ética especial, derivada del conocimiento y la reflexión acerca de las diversas propuestas éticas que han ofrecido los filósofos a lo largo de la historia.
Respuesta:
Esto puede resultar chocante para mucha gente que no termina de entender en qué se puede fundar este interés. Sin embargo, la formación filosófica ofrece unas capacidades muy valiosas para las empresas tecnológicas y, en general, para el desarrollo que viven actualmente la ciencia y la tecnología, por los siguientes motivos:
Ofrece conocimientos concretos sobre lógica, filosofía de la matemática, teoría del conocimiento, antropología, retórica, argumentación, redacción… así como capacidad de enfrentarse a problemas y textos complejos.
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Ofrece conocimientos concretos sobre lógica, filosofía de la matemática, teoría del conocimiento, antropología, retórica, argumentación, redacción… así como capacidad de enfrentarse a problemas y textos complejos.
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Fomenta el espíritu crítico y el hábito de detenerse a pensar por uno mismo con profundidad, caracterizado por la capacidad de formular las preguntas correctas ante situaciones nuevas.
Educa en la cada vez más escasa y necesaria capacidad de diálogo, que implica la toma de conciencia por parte del dialogante de ser nada más y nada menos que un punto de vista. Se gana así apertura a la novedad y a su posterior examen personal.
Genera una sensibilidad ética especial, derivada del conocimiento y la reflexión acerca de las diversas propuestas éticas que han ofrecido los filósofos a lo largo de la historia.