La Revolución Francesa plantea un doble desafío a todos los países de
Europa. Primeramente, con excepción de Inglaterra, que tiene su propia
revolución tras de sí, todos ellos comprenden que la revolución es una de las
contingencias que podría presentárseles en el futuro. Asimismo, comprenden
que como la revolución ha tenido lugar anteriormente y se conoce su desarrollo, en lo sucesivo los movimientos de este tipo ya no serán organizados
con un espíritu inocente. Todo proceso orientado en este sentido será comparado y evaluado, con angustia o esperanza, de acuerdo con el formidable
precedente francés.
El caso de Rusia está determinado por ciertas particularidades (dimensión, situación periférica, historia), que en su mayoría pueden incluirse
dentro de una sola categoría: el desfase cronológico respecto de las condiciones del suceso revolucionario francés. En efecto, Rusia se encuentra - porque
ella se ha situado ahí voluntariamente- en la misma línea histórica de
Francia, sólo que con un enorme retraso. Durante largo tiempo Rusia había
constituido una realidad heterogénea con relación al mundo europeo, pero
la voluntad de Pedro el Grande la incorporó a él definitivamente. Tanto
la Europa de los reyes como la de las Luces tomaron nota de ello. Sin embargo, Rusia se encuentra inicialmente en la periferia más alejada. Su agricultura, su artesanía y su literatura son las más pobres de toda Eurasia. Su
sociedad es la más simple: una clase de vasallos y una nobleza aún comprometida en el servicio del Estado. En 1789, a diferencia de Alemania Occidental o de los Países Bajos, en Rusia no se asiste al fin de un Antiguo Régimen.
Al contrario, los rusos se esfuerzan por crear este Antiguo Régimen, que para
ellos representa el progreso, y que acaba por nacer precisamente en 1789.
¿Cómo podría Pedro el Grande extraer el poderío militar, la riqueza y
la civilización en un mundo tan indigente? Imitando las monarquías militares
de Suecia y de Prusia con una brutalidad capaz de adquirir rasgos de caricatura y de atrocidad. Devolviéndoles las tierras a los nobles, para proporcionarles algunos recursos. Obligando a estos nobles a recibir rudimentos de
educación. Movilizando a los sacerdotes más capaces y a toda la nobleza
para que ocupen cargos de responsabilidad en el ejército, en la administración, en el gobierno central y local.
De este modo, en menos de un siglo el Polizeistaat petersburgués logró
buenos resultados, al menos parcialmente. Durante el reinado de Catalina
Respuesta:
La Revolución Francesa plantea un doble desafío a todos los países de
Europa. Primeramente, con excepción de Inglaterra, que tiene su propia
revolución tras de sí, todos ellos comprenden que la revolución es una de las
contingencias que podría presentárseles en el futuro. Asimismo, comprenden
que como la revolución ha tenido lugar anteriormente y se conoce su desarrollo, en lo sucesivo los movimientos de este tipo ya no serán organizados
con un espíritu inocente. Todo proceso orientado en este sentido será comparado y evaluado, con angustia o esperanza, de acuerdo con el formidable
precedente francés.
El caso de Rusia está determinado por ciertas particularidades (dimensión, situación periférica, historia), que en su mayoría pueden incluirse
dentro de una sola categoría: el desfase cronológico respecto de las condiciones del suceso revolucionario francés. En efecto, Rusia se encuentra - porque
ella se ha situado ahí voluntariamente- en la misma línea histórica de
Francia, sólo que con un enorme retraso. Durante largo tiempo Rusia había
constituido una realidad heterogénea con relación al mundo europeo, pero
la voluntad de Pedro el Grande la incorporó a él definitivamente. Tanto
la Europa de los reyes como la de las Luces tomaron nota de ello. Sin embargo, Rusia se encuentra inicialmente en la periferia más alejada. Su agricultura, su artesanía y su literatura son las más pobres de toda Eurasia. Su
sociedad es la más simple: una clase de vasallos y una nobleza aún comprometida en el servicio del Estado. En 1789, a diferencia de Alemania Occidental o de los Países Bajos, en Rusia no se asiste al fin de un Antiguo Régimen.
Al contrario, los rusos se esfuerzan por crear este Antiguo Régimen, que para
ellos representa el progreso, y que acaba por nacer precisamente en 1789.
¿Cómo podría Pedro el Grande extraer el poderío militar, la riqueza y
la civilización en un mundo tan indigente? Imitando las monarquías militares
de Suecia y de Prusia con una brutalidad capaz de adquirir rasgos de caricatura y de atrocidad. Devolviéndoles las tierras a los nobles, para proporcionarles algunos recursos. Obligando a estos nobles a recibir rudimentos de
educación. Movilizando a los sacerdotes más capaces y a toda la nobleza
para que ocupen cargos de responsabilidad en el ejército, en la administración, en el gobierno central y local.
De este modo, en menos de un siglo el Polizeistaat petersburgués logró
buenos resultados, al menos parcialmente. Durante el reinado de Catalina
había sido posible relajar un tanto el
Explicación: