El sistema excretor es el que se encarga de desechar las sustancias liquidas, gaseosas o solidas del cuerpo humano.
Los órganos que conforman a este sistema son:
· Aparato urinario: lo forman las vías urinarias y los riñones. Los riñones se encargan de la formación de orina para eliminar toxinas del cuerpo, fomentar la producción de glóbulos rojos, regular el volumen de líquido en el cuerpo, la presión arterial y equilibrar los electrolitos. Las vías urinarias inician en la Vejiga urinaria, donde se almacenan entre 500ml y 1 litro de orina que llega desde los riñones a través de los uréteres, finalmente la uretra permite que salga la orina del cuerpo.
· La piel: se encarga de expulsar sustancias tóxicas como el cloruro de sodio y residuos de medicamentos a través de las glándulas sudoríparas.
· Los pulmones: se encargan de retirar el dióxido de carbono de la sangre.
· El hígado: se encarga de recibir la hemoglobina liberada por glóbulos rojos viejos, degradándola y transformándola en bilirrubina y biliverdina, que son luego enviados luego a la bilis y finalmente eliminados junto con la materia fecal por el intestino grueso.
El sistema excretor es el que se encarga de desechar las sustancias liquidas, gaseosas o solidas del cuerpo humano.
Los órganos que conforman a este sistema son:
· Aparato urinario: lo forman las vías urinarias y los riñones. Los riñones se encargan de la formación de orina para eliminar toxinas del cuerpo, fomentar la producción de glóbulos rojos, regular el volumen de líquido en el cuerpo, la presión arterial y equilibrar los electrolitos. Las vías urinarias inician en la Vejiga urinaria, donde se almacenan entre 500ml y 1 litro de orina que llega desde los riñones a través de los uréteres, finalmente la uretra permite que salga la orina del cuerpo.
· La piel: se encarga de expulsar sustancias tóxicas como el cloruro de sodio y residuos de medicamentos a través de las glándulas sudoríparas.
· Los pulmones: se encargan de retirar el dióxido de carbono de la sangre.
· El hígado: se encarga de recibir la hemoglobina liberada por glóbulos rojos viejos, degradándola y transformándola en bilirrubina y biliverdina, que son luego enviados luego a la bilis y finalmente eliminados junto con la materia fecal por el intestino grueso.