Respuesta:En términos analíticos, un campo puede ser definido como una red o una configuración de relaciones objetivas entre posiciones. Estas posiciones están objetivamente definidas, en su existencia y en las determinaciones que imponen sobre sus ocupantes, agentes o instituciones, por su situación presente y potencial (situs) en la estructura de distribución de especies de poder (o capital) cuya posesión ordena el acceso a ventajas específicas que están en juego en el campo, así como por su relación objetiva con otras posiciones (dominación, subordinación, homología, etcétera) (Bourdieu y Wacquant, 2008: 134-135).
La definición dada por Bourdieu tiene varias líneas de interés. En primer lugar, subraya la configuración del campo en forma de red de relaciones objetivas entre posiciones. Esto es, son las posiciones y el entramado de relaciones objetivas20 que se establecen en torno a ellas lo que define al campo. En segundo lugar, recalca la importancia que las posiciones sean definidas objetivamente.
Esta definición objetiva es la que legitima la diferenciación de posiciones del campo, e incluso norma la entrada o salida de él, dando así lugar a una estructura de poder dentro del mismo que se relaciona con las de los otros campos. Pero detrás de esta objetividad legitimadora hay cuestiones que quedan ocultas, por ejemplo: 1) cómo y quién establece las formas y funciones relacionales, 2) cuáles son las reglas de definición para la conformación de la objetividad legitimadora y quién las establece, 3) cuáles son los procesos que determinan un cambio en las relaciones de las posiciones y sus funciones.
Respuesta:En términos analíticos, un campo puede ser definido como una red o una configuración de relaciones objetivas entre posiciones. Estas posiciones están objetivamente definidas, en su existencia y en las determinaciones que imponen sobre sus ocupantes, agentes o instituciones, por su situación presente y potencial (situs) en la estructura de distribución de especies de poder (o capital) cuya posesión ordena el acceso a ventajas específicas que están en juego en el campo, así como por su relación objetiva con otras posiciones (dominación, subordinación, homología, etcétera) (Bourdieu y Wacquant, 2008: 134-135).
La definición dada por Bourdieu tiene varias líneas de interés. En primer lugar, subraya la configuración del campo en forma de red de relaciones objetivas entre posiciones. Esto es, son las posiciones y el entramado de relaciones objetivas20 que se establecen en torno a ellas lo que define al campo. En segundo lugar, recalca la importancia que las posiciones sean definidas objetivamente.
Esta definición objetiva es la que legitima la diferenciación de posiciones del campo, e incluso norma la entrada o salida de él, dando así lugar a una estructura de poder dentro del mismo que se relaciona con las de los otros campos. Pero detrás de esta objetividad legitimadora hay cuestiones que quedan ocultas, por ejemplo: 1) cómo y quién establece las formas y funciones relacionales, 2) cuáles son las reglas de definición para la conformación de la objetividad legitimadora y quién las establece, 3) cuáles son los procesos que determinan un cambio en las relaciones de las posiciones y sus funciones.
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