En estos días, una serie de artículos y opiniones circulan por las redes en torno a cómo vivir cristiana mente este tiempo de la cuarentena. No pretendo dar una respuesta definitiva, ya que cada cristiano tiene que discernir qué le pide Dios y cómo puede responder a lo que le pide Dios. Mi texto no pretende invadir el espacio personal e íntimo de cada creyente, es tan solo una reflexión acerca de los sacramentos y su posibilidad de celebrarlos en una situación de pandemia.
Un hecho es cierto, las Iglesias están cerradas y no hay posibilidad de celebrar ritual mente los sacramentos. De esta constelación me surgen dos preguntas. La primera se la hacen muchas personas y es más de carácter jurídico, la segunda apela a la vena devota de la vida cristiana y abre la posibilidad de una reflexión más amplia acerca del sacramento: a) ¿Dónde queda el cumplimiento de los preceptos en torno al sacramento? Aquí la respuesta es obvia: cuando hay algo ajeno que impida la consecución del sacramento no hay pecado, en este caso se cumple el precepto con la recta intención. En estas circunstancias, ¿cómo puedo vivir los sacramentos? La respuesta aquí no es tan obvia y requiere algo de tiempo, lo que haré mediante distintas consideraciones
Respuesta:
En estos días, una serie de artículos y opiniones circulan por las redes en torno a cómo vivir cristiana mente este tiempo de la cuarentena. No pretendo dar una respuesta definitiva, ya que cada cristiano tiene que discernir qué le pide Dios y cómo puede responder a lo que le pide Dios. Mi texto no pretende invadir el espacio personal e íntimo de cada creyente, es tan solo una reflexión acerca de los sacramentos y su posibilidad de celebrarlos en una situación de pandemia.
Un hecho es cierto, las Iglesias están cerradas y no hay posibilidad de celebrar ritual mente los sacramentos. De esta constelación me surgen dos preguntas. La primera se la hacen muchas personas y es más de carácter jurídico, la segunda apela a la vena devota de la vida cristiana y abre la posibilidad de una reflexión más amplia acerca del sacramento: a) ¿Dónde queda el cumplimiento de los preceptos en torno al sacramento? Aquí la respuesta es obvia: cuando hay algo ajeno que impida la consecución del sacramento no hay pecado, en este caso se cumple el precepto con la recta intención. En estas circunstancias, ¿cómo puedo vivir los sacramentos? La respuesta aquí no es tan obvia y requiere algo de tiempo, lo que haré mediante distintas consideraciones
Explicación:
Dame mi corona porfa