El calentamiento global resulta del aumento del efecto invernadero, un proceso en el que la radiación térmica emitida por la Tierra queda atrapada en la atmósfera debido a los gases con ese efecto (GEI). Su presencia es natural y necesaria para mantener la temperatura del planeta en unos valores habitables.
El calentamiento global avanza rápidamente, "lo que hace muy difícil, tanto para la naturaleza como para las sociedades humanas, adaptarse a las nuevas condiciones", alerta el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España.
Es importante tener en cuenta que aunque se suelen utilizar como sinónimos, los términos ‘calentamiento global’ y ‘cambio climático’ no son lo mismo. En realidad, el segundo engloba al primero, al tratarse de un fenómeno más amplio que se refiere "a los cambios en el estado del clima que pueden identificarse a través de cambios en los valores promedio y/o en la variabilidad de sus propiedades", según define la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).
El cambio climático puede ser originado "por procesos naturales internos o por forzamientos externos también naturales como la modulación en los ciclos solares o las erupciones volcánicas. También puede ser causado por cambios inducidos por el hombre de forma persistente en la composición de la atmósfera", amplía la CMNUCC. Y es, en este segundo caso, el de las causas antropogénicas, cuando se habla más específicamente del calentamiento global. Es decir: el cambio climático puede tener causas naturales o antropogénicas, mientras que las causas del calentamiento global son siempre producto de la actividad humana.
El calentamiento global resulta del aumento del efecto invernadero, un proceso en el que la radiación térmica emitida por la Tierra queda atrapada en la atmósfera debido a los gases con ese efecto (GEI). Su presencia es natural y necesaria para mantener la temperatura del planeta en unos valores habitables. El problema es que las emisiones de gases como el metano o el óxido nitroso se han disparado en comparación con la era preindustrial. "Las emisiones antropogénicas recientes de GEI son las más altas de la historia", señala el último informe del IPCC.
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El calentamiento global resulta del aumento del efecto invernadero, un proceso en el que la radiación térmica emitida por la Tierra queda atrapada en la atmósfera debido a los gases con ese efecto (GEI). Su presencia es natural y necesaria para mantener la temperatura del planeta en unos valores habitables.
El calentamiento global avanza rápidamente, "lo que hace muy difícil, tanto para la naturaleza como para las sociedades humanas, adaptarse a las nuevas condiciones", alerta el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España.
Es importante tener en cuenta que aunque se suelen utilizar como sinónimos, los términos ‘calentamiento global’ y ‘cambio climático’ no son lo mismo. En realidad, el segundo engloba al primero, al tratarse de un fenómeno más amplio que se refiere "a los cambios en el estado del clima que pueden identificarse a través de cambios en los valores promedio y/o en la variabilidad de sus propiedades", según define la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).
El cambio climático puede ser originado "por procesos naturales internos o por forzamientos externos también naturales como la modulación en los ciclos solares o las erupciones volcánicas. También puede ser causado por cambios inducidos por el hombre de forma persistente en la composición de la atmósfera", amplía la CMNUCC. Y es, en este segundo caso, el de las causas antropogénicas, cuando se habla más específicamente del calentamiento global. Es decir: el cambio climático puede tener causas naturales o antropogénicas, mientras que las causas del calentamiento global son siempre producto de la actividad humana.
El calentamiento global resulta del aumento del efecto invernadero, un proceso en el que la radiación térmica emitida por la Tierra queda atrapada en la atmósfera debido a los gases con ese efecto (GEI). Su presencia es natural y necesaria para mantener la temperatura del planeta en unos valores habitables. El problema es que las emisiones de gases como el metano o el óxido nitroso se han disparado en comparación con la era preindustrial. "Las emisiones antropogénicas recientes de GEI son las más altas de la historia", señala el último informe del IPCC.