Durante los años ochenta y noventa un tipo de discurso fue bastante común en cierto tipo de cumbia que llegó desde Colombia: el de un diálogo entre un hombre que desea una mujer (o algo de esa mujer) y la mujer que le responde, normalmente brava y quedando, entre comillas, bien parada, porque ella es más astuta que él. “Tu cucu” es la más clásica de todas estas cumbias, pero no la única: “La cortina”, “Mi pichichi”, “Capullo y Soruyo” están construidas con la misma lógica discursiva, eufemísticamente machista y de contagioso tono humorístico. El hombre siempre quiere el cuerpo o (implícitamente) un encuentro sexual con la cantante y ella se libra de eso o demuestra que en realidad ha hecho leso al macho.
“El viejo del sombrerón” es de este tipo de cumbias. Dos versiones andan dando vueltas por ahí. La original, de Calixto Ochoa, en clave vallenato, con acordeón, con una gran voz femenina.
Respuesta:
Durante los años ochenta y noventa un tipo de discurso fue bastante común en cierto tipo de cumbia que llegó desde Colombia: el de un diálogo entre un hombre que desea una mujer (o algo de esa mujer) y la mujer que le responde, normalmente brava y quedando, entre comillas, bien parada, porque ella es más astuta que él. “Tu cucu” es la más clásica de todas estas cumbias, pero no la única: “La cortina”, “Mi pichichi”, “Capullo y Soruyo” están construidas con la misma lógica discursiva, eufemísticamente machista y de contagioso tono humorístico. El hombre siempre quiere el cuerpo o (implícitamente) un encuentro sexual con la cantante y ella se libra de eso o demuestra que en realidad ha hecho leso al macho.
“El viejo del sombrerón” es de este tipo de cumbias. Dos versiones andan dando vueltas por ahí. La original, de Calixto Ochoa, en clave vallenato, con acordeón, con una gran voz femenina.