El mensaje es que a veces, no es cuestión de preguntarse tanto el por qué, sino el para qué de las cosas. Confiar en el Gran Bordador de nuestra historia, pedirle la gracia de tener paciencia para entender que ese diseño está exclusivamente imaginado para cada uno de nosotros, desde toda la eternidad, con un amor perpetuo y fiel.
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El mensaje es que a veces, no es cuestión de preguntarse tanto el por qué, sino el para qué de las cosas. Confiar en el Gran Bordador de nuestra historia, pedirle la gracia de tener paciencia para entender que ese diseño está exclusivamente imaginado para cada uno de nosotros, desde toda la eternidad, con un amor perpetuo y fiel.
Espero te sirva