Tiahuanaco vivió en un estado teocrático. La vida de sus pobladores giraba en torno de ritos y ceremonias.
Siendo un pueblo básicamente agricultor, divinizaban los fenómenos de naturaleza, las lluvias, los vientos, las nieves, etc.
Pero con mayor importancia rendían culto a Wiracocha, el creador de todas las cosas, al Sol, por los beneficios que traía en sus cosechas, y a la Pachamama, la madre Tierra con quien tenían una relación muy fuerte ya que les cobijaba y les daba frutos para vivir.
Pero se utilizo unos brebajes que hacían alucinar para que así las personas tengan miedo y hagan todo lo que se les ordenaba y a las mujeres vírgenes se las ponían como ofrendas a los dioses.
Tiahuanaco vivió en un estado teocrático. La vida de sus pobladores giraba en torno de ritos y ceremonias.
Siendo un pueblo básicamente agricultor, divinizaban los fenómenos de naturaleza, las lluvias, los vientos, las nieves, etc.
Pero con mayor importancia rendían culto a Wiracocha, el creador de todas las cosas, al Sol, por los beneficios que traía en sus cosechas, y a la Pachamama, la madre Tierra con quien tenían una relación muy fuerte ya que les cobijaba y les daba frutos para vivir.
Pero se utilizo unos brebajes que hacían alucinar para que así las personas tengan miedo y hagan todo lo que se les ordenaba y a las mujeres vírgenes se las ponían como ofrendas a los dioses.