Las órdenes mendicantes y su misión en América (Resumen)
Los descubrimientos geográficos y las bulas pontificias entregaron a las monarquías de la Península Ibérica un ingente espacio por el que extender la cultura europea junto a una obligación de respetar y cristianizar a las poblaciones autóctonas. Los poderes públicos emplearon a las órdenes religiosas como eficaces agentes de colonización, pues con unos efectivos que superarían los 15.000 miembros y no superaron los 20.000, incluyendo Brasil, en poco más de tres siglos aculturaron más de 14.500.000 Km2 mediante estrategias como la de las ciudades misionales que dotaron al continente de una red urbana consolidada. Dicha estrategia de las ciudades misionales también fue empleada por la misiones protestantes moravas en áreas de colonización anglosajona. Asimismo la fundación de ciudades misionales por las órdenes mendicantes, especialmente los franciscanos, se mantuvo vigente tras la independencia de Hispanoamérica, como se puede comprobar con el testimonio aportado por fray José María Vila, misionero franciscano en tierras peruanas y brasileñas entre 1875 y 1880. Esta comunicación se completa con una amplia bibliografía que indica las perspectivas de investigación que se plantean en la actualidad.
Una Orden mendicante (del latín mendicare, pedir limosna) es un tipo de orden religiosa católica caracterizada por vivir de la limosna de los demás.
Toda orden mendicante está conformada por hermanos (del latín Fray, hermano) y hermanas (del latín Sor, hermana), así como por Terciarios, antiguamente llamados hermanos de penitencia. Los frailes conforman la Primera Orden, las sores, la Segunda Orden, y los terciarios, la Tercera Orden.
Sus miembros, frailes y sores, hacen voto de pobreza por el que renuncian a todo tipo de propiedades o bienes, ya sean personales o comunes, poniéndolos a disposición de lacomunidad religiosa a la que pertenecen. Así viven en la pobreza, mantenidos sólo por la caridad; junto con el voto de pobreza que profesan solemnemente, también profesan los votos de castidad y obediencia.
Las órdenes mendicantes y su misión en América (Resumen)
Los descubrimientos geográficos y las bulas pontificias entregaron a las monarquías de la Península Ibérica un ingente espacio por el que extender la cultura europea junto a una obligación de respetar y cristianizar a las poblaciones autóctonas. Los poderes públicos emplearon a las órdenes religiosas como eficaces agentes de colonización, pues con unos efectivos que superarían los 15.000 miembros y no superaron los 20.000, incluyendo Brasil, en poco más de tres siglos aculturaron más de 14.500.000 Km2 mediante estrategias como la de las ciudades misionales que dotaron al continente de una red urbana consolidada. Dicha estrategia de las ciudades misionales también fue empleada por la misiones protestantes moravas en áreas de colonización anglosajona. Asimismo la fundación de ciudades misionales por las órdenes mendicantes, especialmente los franciscanos, se mantuvo vigente tras la independencia de Hispanoamérica, como se puede comprobar con el testimonio aportado por fray José María Vila, misionero franciscano en tierras peruanas y brasileñas entre 1875 y 1880. Esta comunicación se completa con una amplia bibliografía que indica las perspectivas de investigación que se plantean en la actualidad.
Una Orden mendicante (del latín mendicare, pedir limosna) es un tipo de orden religiosa católica caracterizada por vivir de la limosna de los demás.
Toda orden mendicante está conformada por hermanos (del latín Fray, hermano) y hermanas (del latín Sor, hermana), así como por Terciarios, antiguamente llamados hermanos de penitencia. Los frailes conforman la Primera Orden, las sores, la Segunda Orden, y los terciarios, la Tercera Orden.
Sus miembros, frailes y sores, hacen voto de pobreza por el que renuncian a todo tipo de propiedades o bienes, ya sean personales o comunes, poniéndolos a disposición de lacomunidad religiosa a la que pertenecen. Así viven en la pobreza, mantenidos sólo por la caridad; junto con el voto de pobreza que profesan solemnemente, también profesan los votos de castidad y obediencia.